Seguridad/ Los pediatras españoles alertan de que entre el 2 y el 7 por ciento de los pacientes infantiles pueden sufrir reacciones a fármacos

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Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 24 de febrero de 2012 h |

El recién constituido Comité de Calidad Asistencial y Seguridad en el Paciente de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha dado sus primeros reclamando al Ministerio de Sanidad la creación de un registro nacional sobre reacciones adversas e incidentes en pacientes infantiles.

El presidente de la asociación, Serafín Málaga, asegura que la puesta en marcha de un protocolo de actuación único aplicable a nivel nacional proporcionaría mejoras en la seguridad en la atención al paciente. La iniciativa podría plasmarse a través de una base de datos compartida por todas las comunidades autónomas, a la que los facultativos podrían comunicar todas las incidencias registradas a lo largo del proceso asistencial, no solo durante la hospitalización de los pacientes.

Antonio Urda, coordinador del Grupo de Trabajo de Calidad Asistencial, recuerda que entre el 2 y el 7 por ciento de los niños y adolescentes en tratamiento pueden sufrir alguna reacción adversa a los fármacos. Y lo que es más, no todas ellas salen a la luz, de hecho, se calcula que apenas se notifican un diez por ciento.

Por este motivo, Urda insiste en la necesidad de diseñar un marco legal que favorezca la comunicación de errores, con independencia de su penalización posterior, para conseguir que afloren y puedan detectarse áreas de mejora, así como de implicar a profesionales y ciudadanos en una cultura de la seguridad todavía incipiente.

“Necesitamos indicadores que nos permitan realizar una foto fija de la situación, un registro que nos ayude a saber dónde podemos dirigir los esfuerzos desde la sociedad científica para avanzar en la formación de los profesionales y alcanzar la excelencia”, subraya.

De este modo, la AEP recoge entre sus propuestas la indicación de la coordinadora del Programa de Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud, Itziar Larizgoitia, que recientemente invitaba al sistema español a avanzar en el conocimiento de las incidencias que se registran en la práctica asistencial, con acento especial en pediatría.

Los especialistas insisten en que aunque las incidencias más frecuentes y llamativas tienen que ver con la medicación, muchas veces se originan por problemas organizativos o de comunicación entre los profesionales, de ahí que reclamen la implantación de herramientas como la historia clínica o la prescripción electrónica para evitar fallos relacionados con la prescripción, la dispensación o la administración.

El coordinador del grupo pone el acento en algunos aspectos básicos. Es preciso que los fármacos tengan nombres inequívocos, que haya una identificación clara y precisa, y que los medicamentos de alto riesgo, como cloruro potásico o insulina, estén identificados y separados. De cara a la administración, añade que hay que tener en cuenta la dosificación, ya que no todos los pacientes tienen la misma sensibilidad.

En este sentido, Serafín Málaga recuerda que uno de los problemas principales del colectivo es la falta de investigación en pacientes pediátricos, aunque se han iniciado algunos trabajos que proporcionarán información de primera mano sobre la farmacocinética en el niño. Pequeños avances que se sumarán a la próxima publicación de un vademécum pediátrico, otra de las asignaturas pendientes para unos profesionales que, según Málaga, se sienten “vendidos” cuando aplican tratamientos diseñados para adultos.

La asociación ultima la publicación del primer vademécum pediátrico, una asignatura pendiente

Apenas se notifica menos del diez por ciento de las reacciones adversas a medicamentos