Almudena Fernández Madrid | jueves, 31 de octubre de 2013 h |

La OMS estima que aproximadamente el 50 por ciento de los pacientes del mundo con enfermedades durante un largo periodo de tiempo no toman la medicación tal y como se la ha prescrito su médico. La no adherencia a los tratamientos farmacológicos contribuye a unas 200.000 muertes prematuras de ciudadanos europeos cada año y provoca un coste estimado a estos gobiernos de 125.000 millones de euros anuales. Así lo puso de manifiesto la presidenta de la Delegación de Sefac en Madrid durante su intervención en la mesa ‘Adherencia terapéutica y autocuidado: ahorros e impacto en la salud y el pronóstico de la enfermedad’ en el marco del I Foro del Autocuidado.

Exportando estas cifras a España, Luis Manzano, vocal del Comité Científico del Observatorio de Adherencia al Tratamiento (OAT), calculó que serían alrededor de 15.000 millones de euros. Añadió que invertir en mejorar la adherencia es “muy rentable para el sistema”, ya que está demostrado que por cada dólar dedicado a mejorar la adherencia, se ahorran siete en diabetes mellitus, cuatro en hipertensión arterial y cinco en dislipemia.

Ambos coinciden en que las causas de la falta de adherencia son numerosas y dependen tanto del paciente —olvido, dudas en cuanto al beneficio, limitaciones en el cumplimiento y en la interpretación de las recomendaciones médicas—, como del médico —complejidad del tratamiento, falta de comunicación—, de la falta de coordinación entre los diferentes profesionales sanitarios —médicos, enfermeros, farmacéuticos— y de la fragmentación del modelo sanitario.

Por tanto, Manzano insistió en que mejorar la adherencia “debe ser una prioridad” para el SNS. La estrategia a seguir tiene que ser multifactorial y en ella intervendrán de manera proactiva el paciente y su familia a través de la educación médica y el autocuidado, los profesionales actuando de forma coordinada, y el sistema garantizando una atención integral y continuada y un apoyo social adecuado. Y es que una de las estrategias más efectivas para mejorar la adherencia terapéutica, añadió González, es educar al paciente y a su entorno sobre su enfermedad, aumentando la motivación, la concienciación y la colaboración.

También hizo hincapié en que la falta de adherencia en el paciente anciano es un tema “olvidado” en España a pesar de que en un estudio realizado en pacientes polimedicados, se observo que solo el 30 por ciento de los mayores de 65 años que consumían ocho fármacos eran capaces de recordar las instrucciones del médico y únicamente el 20 por ciento de ellos reconocía tomarlos de forma correcta.

Sin embargo, un seguimiento específico de los pacientes con falta de adherencia, el soporte en la identificación de efectos adversos, una información clara y concisa de la pauta farmacológica y el tiempo de duración o, finalmente, facilitar dispositivos de ayuda en la organización de la toma de la medicación, son algunos de los elementos facilitadores que puede utilizar el profesional para ayudar a resolver este problema.

Iniciativas activas como el ‘Programa SPD’, sistema personalizado de dosificación, contribuyen de forma acelerada a mejorar los índices de adherencia. En España, los trabajos realizados utilizando sistemas personalizados de dispensación, “consiguen una adherencia del 99 por ciento con un alto grado de satisfacción por el usuario”.

En definitiva, aumentar la efectividad de las intervenciones sobre adherencia terapéutica puede tener una repercusión mucho mayor sobre la salud de la población que cualquier mejora de los tratamientos médicos específicos.