La asignación de medios y las infraestructuras propias son claves para el manejo de una patología como la artritis reumatoide

Los clínicos desempeñan un papel fundamental en la sostenibilidad del sistema, pero esta responsabilidad a veces no se asume

| 2011-01-28T15:04:00+01:00 h |

A.P.

Madrid

El impacto de la artritis reumatoide (AR) tanto para los afectados, como para sus familiares y la sociedad, en general, es un tema sobradamente demostrado por ser una patología que ocasiona daños estructurales irreversibles en las articulaciones y conduce a distintos grados de incapacidad. Para Antonio Ignacio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (Conartritis), la AR no solamente repercute en los enfermos, si no que su sombra se proyecta directa o indirectamente en alrededor de un millón de personas. Unas declaraciones que realizó en el marco del encuentro “El impacto de la artritis reumatoide. Análisis de los costes asociados”, celebrado recientemente en la sede de Contenidos e Información de Salud.

En opinión de Alberto Alonso Ruiz, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Cruces de Bilbao y asesor del Servicio Vasco de Salud, “el impacto de la AR probablemente desde el punto de vista de repercusión funcional y vital de los pacientes ha cambiado mucho en los últimos diez años y el pronóstico ha mejorado notablemente”. Para Rosario García de Vicuña, jefa de Servicio de Reumatología del Hospital de la Princesa, en el acercamiento a la enfermedad influye la mejora de las expectativas de los pacientes.

Por otra parte, Xavier Badia, director de HEOR de IMS Health, mencionó también la importancia del coste social que supone la artritis reumatoide. “En el plano socioeconómico incluyendo costes directos (asociados al manejo y tratamiento de la enfermedad) e indirectos (relacionados con las perdidas de productividad) se estima entre 6.000 y 8.000 euros por paciente afectado. Los costes directos vinculados al manejo clínico y tratamiento representan aproximadamente un 70 por ciento de los costes totales, siendo el coste de los ingresos hospitalarios y el tratamiento farmacológico las partidas más altas dentro de los costes directos”.

Lo que sí es cierto es que los fármacos biológicos han supuesto un antes y un después en el manejo clínico de los pacientes con AR. “La posibilidad de contar con un tratamiento eficaz que impacta directamente frenando la actividad de la enfermedad y aumentando en gran medida la calidad de vida”, añadió Badia.

Sin embargo, las conclusiones del informe, “Artritis reumatoide: impacto de la enfermedad, análisis de los costes asociados y estudio del acceso a fármacos biológicos en las comunidades autónomas”, reflejan que el consumo de este tipo de medicamentos por paciente con AR por comunidad autónoma, es desigual. García de Vicuña aseguró que determinar las causas de estas diferencias es algo muy complejo porque cada “comunidad autónoma es un mundo”. “Lo que sí es cierto —prosiguió— es que las prioridades en materia de salud son muy variables. A veces éstas se encuentran muy marcadas por la agenda política y van muy dirigidas al ciudadano y no al paciente, que no es lo mismo”.

Crisis económica

La crisis económica también ha contribuido a estas disparidades. Así lo manifestó Alonso, para quien el proceso deflactor de la sociedad española es inevitable. “Ahora bien, un buen clínico puede estructurar sus recursos de modo que los pacientes que más lo necesiten se beneficien de los mismos”. Administrar los recursos cuesta y conlleva un esfuerzo que quizá algunos profesionales no están dispuestos a asimilar.

La sensatez y la habilidad son dos buenas cualidades para llevar a buen puerto la economía de las estructuras sanitarias. “Con ambas, se puede conseguir”, afirmó Alonso. Además, la buena relación entre gestores y clínicos también es necesaria. De igual modo, el papel que pueda desempeñar el movimiento asociativo tiene mucho que ver en todo esto, y puede aportar un valor añadido a las actuaciones que ya desempeñan los facultativos, aseguró Torralba.

La artritis reumatoide es una patología que afecta no sólo desde un punto de vista funcional, psicológicamente también daña, y mucho. Por eso, los expertos continúan solicitando la introducción de modificaciones en el manejo de la enfermedad. El representante de IMS Health, aportó respecto a este tema que entre comunidades autónomas existen diferencias en unidades de artritis precoz (UAP). Así, solamente hay en funcionamiento 17 UAP en ocho comunidades: Cataluña, Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, Asturias, País Vasco y Aragón. Con el objeto de subsanar estas carencias, García de Vicuña propuso los medios tecnológicos como alternativa: un teléfono de atención al paciente, consultas por Internet, un coordinador en primaria que desviara cada cierto tiempo a los enfermos…

En un contexto de recesión económica es el momento también de poder visualizar oportunidades, al menos de este modo se manifestó el experto de IMS Health: “El SNS y las comunidades deben velar para que no exista un acceso desigual al diagnóstico y tratamiento de pacientes con AR en España. Algo que se ha de hacer en el ámbito de una evaluación seria de la efectividad y tolerabilidad de los tratamientos y de su relación coste-efectividad, pero una vez aceptado el tratamiento ha de estar al alcance de todos los pacientes y en todas las comunidades autónomas”.

En este sentido, el estudio mencionado anteriormente hace una llamada de atención sobre las numerosas evaluaciones farmacoeconómicas que están sufriendo los últimos fármacos en llegar al mercado por parte de distintos entes públicos y privados, que pueden llegar a retrasar el acceso de los pacientes a estos fármacos.

Para concluir, García de Vicuña informó de que aunque con cierto retraso respecto a los plazos iniciales del ministerio, se está redactando el borrador de la nueva Estrategia Nacional sobre Enfermedades Musculoesqueléticas, y declaró que “la comisión técnica e institucional se reunirá en marzo o abril”.

Rosario García de Vicuña

Jefa del Servicio de Reumatología del Hospital La Princesa.

“Las prioridades en materia de salud son muy variables. En ocasiones éstas se encuentran muy marcadas por la agenda política”.

Alberto Alonso Ruiz

Jefe del Servicio de Reumatología del Hospital de Cruces (Bilbao).

“El impacto de la AR probablemente desde el punto de vista de repercusión funcional y vital de los pacientes ha cambiado mucho en los últimos diez años”.

Antonio Ignacio Torralba

Presidente de
la Coordinadora Nacional de
Artritis

(Conartritis).

“La AR no solo repercute en los enfermos, sino que afecta directa e indirectamente a alrededor de un millón de personas”.

Xavier Badia

IMS Health.

“Los fármacos biológicos han supuesto un antes y un después en el manejo clínico de los pacientes con AR, ya que impactan directamente frenando la actividad de la enfermedad y aumentando la calidad de vida”.