gaceta médica Barcelona | lunes, 31 de marzo de 2014 h |

La proteína p38 —un miembro de la familia MAPK— tiene dos caras en cáncer de colon, según demuestra un equipo liderado por Ángel Rodríguez Nebreda, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona). Por un lado, p38 es importante para mantener en buen estado la barrera epitelial que protege el intestino ante agentes tóxicos, lo que contribuye a que se formen menos tumores. Sin embargo, por otro lado, tiene un efecto perjudicial cuando ya se ha formado un tumor, pues esta proteína es necesaria para la supervivencia y proliferación de las células tumorales de colon, facilitando el desarrollo del cáncer.

La investigación, publicada en la revista Cancer Cell, describe por primera vez con estudios in vivo el papel esencial de p38 en la progresión tumoral.

Además, los científicos demuestran que cuando tratan a los ratones con un inhibidor de p38 que se ha utilizado en ensayos clínicos, el tumor se reduce de manera notable.

El trabajo, en el que ha participado también el grupo de Vassilis Gorgoulis de la Universidad de Atenas, se inició hace seis años en el marco del proyecto europeo InflaCare sobre la relación entre inflamación y cáncer, y se ha finalizado con fondos del ministerio de Economía y Competitividad, y de un proyecto ERC Advanced Grant que el Consejo Europeo de Investigación otorgó a Nebreda en el año 2012.

Medicina del futuro

“Los inhibidores de p38 pueden tener una utilidad, pero muy probablemente, y eso forma parte de la medicina del futuro, sea en combinación con otros fármacos”, explica el científico Angel R. Nebreda, jefe del Laboratorio de Señalización y Ciclo Celular en el IBR, catedrático de Investigación Oncológica de la Fundación BBVA y profesor de investigación Icrea. Por tanto, uno de los objetivos es averiguar con qué moléculas habría que combinar los inhibidores de p38 para que el tumor de colon más pequeño finalmente desaparezca.

En el mismo estudio, Jalaj Gupta, investigador de origen indio recién doctorado en el laboratorio de Nebreda y primer autor del trabajo, demuestra que la misma proteína en un escenario pre-tumoral, favorecido por la inflamación de colon o colitis, impide la formación de tumores. En este sentido, está bien establecido que los pacientes con inflamación crónica del intestino, como la enfermedad de Crohn, desarrollan tumores de colon en una proporción mucho más alta que la población normal.

Los modelos de ratón utilizados por el equipo de Nebreda reproducen este escenario de inflamación para entender la relación entre inflamación y cáncer. “Puesto que p38 regula la inflamación y también funciona como supresor tumoral en algunos modelos de ratón, el objetivo de nuestro trabajo era saber cómo estas dos funciones se integran durante el inicio del tumor de colon asociado a la inflamación”, indica Gupta.

Más riesgo de cáncer

Los ratones a los que habían eliminado genéticamente p38 de las células epiteliales que forman en la barrera intestinal, y se les aplicaba un protocolo cancerígeno que causa mutaciones e inflamación, desarrollaron el doble de tumores que aquellos ratones que, tratados con el mismo régimen, sí tenían p38.

De hecho, esta función de supresión de p38, que impide el establecimiento del tumor, también está descrita para cáncer de hígado y de pulmón.

“El trabajo pone de manifiesto la complejidad de las funciones de p38, tanto en cáncer como en el mantenimiento normal de los tejidos, e ilustra por qué un inhibidor de esta molécula puede tener efectos secundarios. Pero hay que estudiar muy bien para qué pacientes y en qué contextos podrían aplicarse estos inhibidores”, añade Gupta.

En colaboración con el equipo de Manuel Hidalgo del CNIO, el grupo de Nebreda estudia ahora ratones a los que se les ha implantado tumores de colon de diversos pacientes.