V. GUTIÉRREZ Madrid | viernes, 06 de abril de 2012 h |

La directora de la Agencia Española del Medicamento, Belén Crespo y la representante de la Consejería de Sanidad de Madrid, María José Calvo, fueron las encargadas de inaugurar, en el Ateneo de Madrid, junto al presidente de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (Asedef), Mariano Avilés, el I Foro de Debate Farmacéutico, que durante toda una jornada permitió a profesionales y representantes políticos de la salud dar un repaso a la problemática que afecta estos días al sector.

Así, durante la apertura del acto, Avilés afirmó que “nuestra Constitución precisa de una limpieza de fachada que le quite telarañas”, e incidiendo en la situación financieramente inestable que atraviesa el Sistema Nacional de Salud y los constantes cambios de leyes impuestos por la Administración central, consideró fundamental realizar “un ajuste de las normas” que hagan de la legislación española un conjunto de leyes propias “del siglo XXI”.

Un argumento acogido también por Belén Crespo, que remarco la importancia de que “la alta producción normativa” actual, tanto a nivel europeo como nacional, esté enfocada en la dirección correcta, ya que, a su juicio, “no tiene sentido elaborar normas que no puedan aplicarse” y no “atender a la eficacia”, que debe ser el factor conductor en cualquier decisión.

A esta intervención siguió la conferencia inaugural de las jornadas, impartida por el diputado del PP y presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Mario Mingo, quien realizó un alegato de la sanidad pública y privada como complementos esenciales en el Estado del Bienestar.

Mingo, que recordó la admiración y el prestigio que despierta el modelo sanitario español en todo el mundo, aunque aseguró que el SNS está “desgastado” y necesita “adaptarse” y “hacerse sostenible en el tiempo”. Y, en este sentido, remarcó el papel de salvavidas que puede ejercer la colaboración privada en la sanidad española, ya que, según defendió Mingo, en base a datos de la auditora Russell Bedford, podría ahorrar hasta 13.000 millones de euros, lo que supondría una posible solución para la deuda de casi 15.000 millones que arrastra el sistema público. “Hay que impulsar el carácter público de la sanidad, pero sin dejar de apostar por la colaboración público-privada, de tal manera que la eficiencia en la gestión se alcance lo más rápido posible”, argumentó.

Por otro lado, en la sesión de debate realizada sobre medicamentos falsos, los asistentes mostraron su preocupación por el aumento del fraude en la venta de fármacos, cuyo consumo ha alcanzado ya el uno por ciento del mercado mundial, ante lo cual abogaron por una mejor educación y mayor trazabilidad de los medicamentos.