| viernes, 04 de marzo de 2016 h |

La Presidencia holandesa de la Unión Europea ha dado ya el primer paso para dar cumplimiento a una de sus prioridades sanitarias y acelerar los procedimientos de autorización de los nuevos medicamentos. Para ello ha reunido en Amsterdam, en un foro sin precedentes en Europa, a más de un centenar de expertos y decisores de la cadena de autorización, evaluación, precios y reembolso, con la intención de, según palabras de la ministra de Sanidad de Holanda, Edith Schippers, “matar dos pájaros de un tiro”: flexibilizar el sistema para mejorar el acceso de los pacientes a las innovaciones y contrarrestar los crecientes precios de las mismas.

Holanda quiere saber qué productos concretos deben constituir el foco de las herramientas de acceso temprano, qué requerimientos deben cumplir y cómo las estructuras nacionales de precios, reembolsos y acceso al mercado pueden alinearse en una etapa temprana del proceso. Los resultados del encuentro ‘Innovación en beneficio del paciente’ deberían concretarse en acuerdos a nivel europeo durante el Consejo de Ministros de Salud previsto para el mes de abril, en el que los 28 estados miembro abordarán la política farmacéutica de la Unión Europea.

El plan de Holanda

La reunión de Amsterdam dejó claro que los expertos coinciden en la importancia de impulsar un trabajo conjunto. Diseñar un sistema de futuro y sostenible en Europa requerirá, según ellos, una actualización de las políticas de autorización y nuevos métodos de reembolso. Y ello no será posible sin una colaboración más efectiva entre los responsables que trabajan a lo largo de toda la cadena.

Esta misma postura es la que Schippers quiere impulsar. Lo reflejó en el programa sanitario de la Presidencia semestral y en ello insiste el Plan Farmacéutico que adjuntó como documentación de interés al evento de Amsterdam, y que propone impulsar diversas acciones en materia de accesibilidad a las innovaciones y precios asequibles, algunas dentro de Holanda y otras en el marco de la Presidencia.

Según este informe, los métodos que se han seguido hasta ahora ya no garantizan el carácter asequible de las innovaciones. Por una parte, los sistemas de aprobación ya no son válidos a la luz de que los fármacos en desarrollo van destinados cada vez a segmentos menores de población. Por otra parte está el asunto de los precios, sobre el que la postura de Holanda es taxativa, principalmente en relación a las patentes. “Este proceso pretendía originalmente estimular la innovación, pero es actualmente utilizado por la industria para mantener un monopolio —y por tanto un precio elevado— lo más duradero posible para los nuevos medicamentos”. Y a ello le añade, como factor contributivo, que “la industria es reticente a aportar transparencia a cómo determina sus precios”.

En relación a la accesibilidad, Holanda está a favor de aplicar las vías de acceso temprano, manteniendo la seguridad del paciente como prioridad. Para ello es necesario, continúa, identificar junto con los fabricantes los requerimientos mínimos de aquellos productos candidatos que podrían obtener una aprobación inmediata y condicional al mantenimiento de sus resultados iniciales. Es la vía que quiere impulsar en Europa.

En relación a los precios, Holanda es partidaria a nivel interno de dar a sus hospitales y compañías aseguradoras una mejor posición a la hora de negociar los precios. También planea una reforma de su sistema de reembolso. Pero ambas opciones implican un mayor conocimiento sobre los productos que están por venir al mercado y sus características. Su visión desde la Presidencia es que debe impulsar una iniciativa de cooperación internacional para, entre otras cosas, expandir la transparencia de la información que manejan los estados.

¿Estamos pagando dos veces?

Entre la transparencia que Holanda quiere promover, también está el conseguir que las compañías digan qué porcentaje del precio de sus productos está basado en I+D y producción. Sobre todo si esos productos han contado con algún tipo de ayuda o subsidio público. “¿Estamos pagando dos veces?”, plantea el documento. En ese caso, añade, si el medicamento prueba ser válido, el dinero debería retornar a los programas de investigación, o al menos el ciudadano que ha contribuido con sus impuestos al mismo y debería poder beneficiarse de alguna otra manera.

Por último, el informe resalta la necesidad de encontrar un balance entre la sostenibilidad y la innovación. Para ello, apuesta por “reevaluar la protección de que disfrutan las compañías farmacéuticas a través del proceso de patente”… Algo que, reconoce, no pueden hacer los estados por separado, pero sí juntos. La discusión ya se ha iniciado a nivel internacional en relación a varios tipos posibles de protección en la regulación europea.