Ramón Jordán se convirtió el pasado 11 de marzo en el nuevo presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, tras imponerse por 251 votos a 163 al hasta ahora máximo dirigente de esta institución, Juan Carlos Gimeno. Jordán valora el nuevo reto personal y profesional que afrontará durante los próximos cuatro años.
Pregunta. Ha ganado unas elecciones con una participación baja, pero su victoria ha sido amplia. ¿Se lo esperaba?
Respuesta. Hay que tener en cuenta que este colegio lleva alrededor de 25 años sin elecciones. Por tanto, para ser el primer año, no valoro negativamente el 35 por ciento de participación. Es más, me parece un buen indicativo. Respecto al resultado, pensé que sería mucho más ajustado.
P. Tiene cuatro años por delante. ¿Es tiempo suficiente para desarrollar su proyecto?
R. En principio, mi visión y la de mi equipo es que cuatro años son suficientes para llevar a cabo los proyectos que tenemos en mente.
P. Unos proyectos que deberán estar orientados a tratar de aliviar la complicada situación de las farmacias, ¿no?
R. Las farmacias zaragozanas, al igual que el resto, han tenido un recorte importante en beneficios. Especialmente las radicadas en núcleos muy pequeños, son estas las que están notando los recortes de una forma más espectacular y las que necesitan más ayuda.
P. ¿Cómo valora los últimos decretos orientados al recorte?
R. Creo que las administraciones no están inventando nuevas fórmulas de rebajar el gasto de la farmacia, sino haciendo siempre lo mismo: rebajar precios y márgenes a las boticas, la distribución y la industria. Llegará un momento en que no podrán rebajarlos más. En este sentido, hay que reparar en la importancia del modelo de farmacia implantado. Hay países en donde los pueblos de 400 habitantes ni sueñan con tener una botica. Por lo tanto, hay que intentar salvaguardar eso por todos los medios, no por nosotros ni por la industria ni por la distribución, sino por los propios pacientes.
P. ¿Qué soluciones propone?
R. Pondría en una urna de cristal a las farmacias más pequeñas, que son las que dan sentido al modelo mediterráneo de farmacia. De lo que nos vanagloriamos la mayor parte de los farmacéuticos es que el 90 por ciento de la población tiene una botica a la puerta de su casa. Por eso hay que ayudarlas todo lo posible e incentivar su negocio. Aparte de esto, sería una buena medida introducir a la farmacia dentro del sistema sanitario de una forma real.
P. ¿Ve infrautilizada la figura del farmacéutico?
R. La farmacia está llena de personas que son grandes profesionales, expertos en medicamentos, y considero que muchas veces no están explotados.
P. Ha señalado las dificultades de las rurales, pero las compensaciones a las VEC siguen sin definirse en la mayoría de territorios.
R. Las ayudas llegarán más temprano que tarde, pero está habiendo problemas técnicos para definir cuáles son las características específicas de las farmacias VEC. Pienso que en cuanto se solvente este problema se canalizarán las ayudas. A título personal, considero que el modelo debe definirse a nivel nacional y no entrar en las problemática de las diferencias entre autonomías. Habría discriminaciones, y no soy partidario de eso.