El modelo clásico de prestación farmacéutica está “agotado”. Es una de las principales conclusiones del estudio “El futuro de la oficina de farmacia”, realizado con la participación de 364 titulares de oficina de farmacia y 964 profesionales de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Barcelona y Madrid, que impulsa al sector hacia un modelo asistencial basado en nuevos servicios integrados en el sistema sanitario.
Como matizó Francesc Pla, vicepresidente del COF de Barcelona, “agotado no es lo mismo que malo, pero no siempre lo mejor es lo que más conviene”. En este sentido, el presidente de los farmacéuticos catalanes, Jordi de Dalmases, declaró que “el mundo farmacéutico está cambiando y todo el mundo está experimentando. Y en España no puede ser distinto”.
Este estudio se ha ocupado de cinco “grandes palancas de cambio” sobre la que los farmacéuticos han decidido debatir y sobre las que se han diseñado hasta diez líneas de acción: modelo de farmacia, actuación profesional, propiedad y ordenación farmacéutica, retribución y cartera de servicios. En el primer caso, para lograr la integración en el sistema sanitario, será clave “potenciar la imagen de la farmacia como centro de salud”, con una oferta clara diferenciada y una dispensación “activa”, que se aleje de imagen de la farmacia entendida como un comercio.
Como se desprende del estudio, el modelo asistencial requiere lograr el reconocimiento de los profesionales por parte de la Administración sanitaria, y tener delegadas capacidades resolutivas en patologías de alta frecuencia y baja complejidad. Sin embargo, como comentó Rafael Borràs, director de Bioindustrias y Farmacia en Antares Consulting, a pesar de la intención de estar integrados “el actual modelo por margen no incentiva la actuación profesional asistencial”.
Por ello, el objetivo es implantar modelos retributivos “sustitutivos” al margen, incorporar indicadores de resultados en salud como elemento de retribución y diversificar el pagador de servicios. Y ligado a esto, se debe crear una nueva cartera de servicios acreditada, regulada y retribuida, “que sea rentable y coherente con el concepto de capilaridad de la red, y también medible y eficiente”, apuntó Pla.
La incorporación de otros profesionales en la farmacia como forma de ampliar la oferta y adquirir la imagen de espacio integrado de salud figura en el estudio como una posibilidad para el farmacéutico, que, sin embargo, descarta la opción de integrar productos no sanitarios. En este punto, también es fundamental el fomento del uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) para promover la cooperación con otros profesionales y con los pacientes. Todo ello ligado a una práctica farmacéutica estandarizada, avalada por una formación obligatoria, regulada y acreditada.
Titularidad/propiedad
Ahora bien, si hay algún aspecto en el que existe absoluto consenso es en la defensa de la exclusividad de la propiedad de la farmacia por parte del farmacéutico y el actual modelo de planificación y ordenación. Para ello, un marco legal estable y claro y el apoyo de la Administración se vuelven imprescindibles.
Sobre este particular, Pla emplazó a los boticarios a pasar a la acción, elaborar una propuesta y tener documento concreto en uno o dos años. Pero, para favorecer el cambio, Borràs apela a un “marco de estabilidad económica” y a que la Administración “cumpla con sus obligaciones a la hora de efectuar pagos”.
El modelo clásico de prestación farmacéutica está “agotado”. Es una de las principales conclusiones del Estudio “El futuro de la oficina de farmacia” realizado en casi un millar de farmacéuticos de Madrid y Barcelona, que impulsa al sector hacia un modelo asistencial basado en nuevos servicios integrados en el sistema sanitario.
Como matizaba Francesc Pla, vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), durante la presentación de los resultados, “agotado no es lo mismo que malo, pero no siempre lo mejor es lo que más conviene”.
En este sentido, el presidente del COFB, Jordi de Dalmases, declaraba que “el mundo farmacéutico está cambiando y todo el mundo está experimentando. Y en España no puede ser distinto”.
Ladillo
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