| viernes, 06 de septiembre de 2013 h |

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. O, cuanto menos, novedosas. Así lo ha entendido el Instituto de Salud Carlos III, que en mitad de la sequía presupuestaria que afecta a la I+D, y apoyándose en la puerta que la Ley de Ciencia abre a la colaboración público-privada, ha anunciado la firma de un acuerdo excepcional: un convenio con Roche Diagnostics que pondrá a disposición del Instituto diez equipos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de última generación, y que vino acompañado de un segundo compromiso para colaborar en estudios, proyectos y programas de interés mutuo.

Este acuerdo, el primero de estas características, permite al ISCIII explorar nuevas vías de financiación, aunque sea de forma indirecta, y da un balón de oxígeno a la asfixia presupuestaria de la I+D.