El coste económico fue una de las preocupaciones e incógnitas mostradas por el sector durante la jornada
El sector se muestra expectante ante la prueba piloto del Ministerio de Sanidad sobre el sistema de trazabilidad
Tina Díaz
Barcelona
La cuarta edición de Farmatrack, que se celebró el pasado 25 de marzo en la sede del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), centró su debate en la trazabilidad y las diferentes tecnologías para garantizarla: radiofrecuencia (RFID) o Datamatrix. Además, durante la jornada se trataron los aspectos legales y obligaciones de la industria y la distribución; el papel de los diferentes componentes de la cadena del medicamento; y la función de las administraciones públicas.
Es difícil que todo un colectivo esté de acuerdo sobre un tema concreto, pero Farmatrack’09 demostró que la mayoría del sector farmacéutico apoya la implantación de un sistema de trazabilidad de forma progresiva. Así lo puso de manifiesto Jordi Dalmases, presidente del COFB, al señalar que “la trazabilidad es un eslabón fundamental por el que pasan los medicamentos en España”.
Por su parte, Miguel Ángel Tovar, consejero del Grupo Masfarma, consideró que la trazabilidad debe ser un sistema “eficiente que implique a todos los agentes, que tenga presente con garantías de futuro, un coste razonable y una alta capacidad de almacenamiento, ya sea con Datamatrix o RFID”. Así, según él, se logrará evitar el desabastecimiento, luchar contra las imitaciones fraudulentas, facilitar la retirada del mercado de productos defectuosos y garantizar que los medicamentos se conservan, transportan y manipulan en condiciones adecuadas.
Ésta es la razón por la que todo el sector farmacéutico está expectante ante la prueba piloto que realizará el Ministerio de Sanidad, y que debe determinar el sistema elegido a implantar, que será reflejado en el Real Decreto de Trazabilidad que vea la luz en 2010.
¿Quién va a pagar?
Igualmente, en Farmatrack’09 se pudo detectar una de las mayores preocupaciones que tiene el sector a la hora de aplicar la trazabilidad: el coste económico. “Quién lo paga todo esto?”, fue una de las preguntas que en un mayor número de ocasiones salieron durante las mesas redondas celebradas en la jornada.
En este sentido, el presidente de Federació Farmacèutica, Lluis Barenys, y el secretario de la Vocalía de Distribución del CGCOF, Joan Esteve, afirmaron que “la oficina de farmacia saldrá muy beneficiada”, aunque reconocieron que “barato no va a ser”.
Por su parte, Eulalia Beléndez, de Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria (AEFI), quiso diferenciar entre pequeñas y grandes farmacias “porque no todas se lo podrán costear”. Sobre este aspecto, Tovar planteó si el coste de las dos tecnologías se incluirá en los medicamentos, ya que de momento no se sabe como se asumirá el tema económico.
Otro asunto polémico fue el hecho de que España fuese el único país Europeo, en caso de que éste fuese el sistema elegido, que aplicaría la RFID, ya que en el resto de Europa se decantan mayoritariamente por el Datamatrix. Algo que haría de España un pionero, según los defensores de la RFID, o un país aislado a la hora de comercializar sus medicamentos, según sus detractores.
El factor tiempo también inquieta a los profesionales debido a al retraso que lleva el piloto. En este sentido, Esteve indicó que era un aspecto clave porque una vez se sepan los resultados “se ha de contar con el tiempo de implantación y el de retirar todos los productos que ya están en la farmacia”.
Ausencias
Por otro lado, el presidente del COFB lamentó dos ausencias en los debates organizados por Farmatrack2009. Por un lado, la Administración, para que aclarase los costes y plazos de la implantación de la trazabilidad. Por otro, el de las distintas fuerzas políticas, porque, como señaló, “en el mundo de la tecnología dos más dos son cuatro, pero en el mundo sanitario casi nunca es así ya que es un ámbito totalmente politizado”.