Juan Carlos Conde (Bilbao, 1975). Economista, es director de Marketing y Ventas de la compañía farmacéutica israelí Teva en España. Gran aficionado a la cocina, dice que le gusta improvisar, “no seguir la receta al pie de la letra, lo mismo pasa con mi trabajo”. Ha vivido por medio mundo (en Holanda, Reino Unido, Levante y ahora en Madrid), y por ello señala que “se dice que los bilbaínos nacen donde quieren, en mi caso nací en Bilbao pero he vivido donde he querido”. Junto a la cocina, su otra pasión es la música, sobre todo el jazz de los años 50. Una pasión en la que, como en la cocina, la improvisación necesita una base.
En dIEZ LÍNEAS
JUAN NIETO Madrid Pregunta. Vamos a ver si cocinamos una buena entrevista. Porque aparte de los temas comerciales te mueves como pez en el agua entre los fogones, ¿no? Respuesta. Bueno, eso intento. Como buen vasco necesito cumplir el rol del hombre cocinero, y ahí tengo que dar el do de pecho. P. Entonces, como buen vasco, serás más de la cocina tradicional que de la de autor, ¿no? R. Intento combinar ambos. Es como en el trabajo, también hay que innovar. Tener la base asentada pero pensar en nuevas recetas, porque si no se innova uno se queda atrás. P. Teva, líder mundial de genéricos, ¿piensan nuevas recetas? R. Bueno, también tenemos productos innovadores y va a haber nuevos lanzamientos. Pero la base son los genéricos, igual que en cocina lo tiene que ser la cocina tradicional y, sobre ello, se pueden hacer pinitos en innovación. Hay que mezclar. P. Entonces nada de polémicas como la habida entre Santi Satamaría y Ferran Adrià. R. No, me gustan los dos. Pero más que diferencia entre tradicional e innovación, lo que me gusta es experimentar sobre la base tradicional. Por ejemplo, en el trabajo soy igual. P. Es decir, que las disputas entre genéricos e innovadores debe estar ya superada, ¿no? R. Tiene que haber una necesaria competencia, pero tiene que ser una competencia sana. Porque ambos son necesarios. P. Una buena receta para colocar un nuevo producto en el mercado sería… R. Tener siempre en cuenta las necesidades del cliente. Intentar que los productos interesen, en este caso, a médicos y farmacéuticos. P. Como en la cocina, ¿no? R. Exactamente, satisfacer a la mesa, no a lo que a uno le guste. P. Y para presentar el producto importa mucho la presentación. Hay que emplatar bien, ¿verdad? R. Por supuesto, el emplataje es tan fundamental tanto en la cocina como en cualquier tipo de negocio. Hay que llegar al cliente de una manera correcta, bien presentada, con simpatía y con contenido. Con fundamento, como diría Carlos Arguiñano. P. Dices que te gusta experimentar, trabajando para Teva… ¿Te atreverías a hacer a tu director ejecutivo, Shlomo Yanai, un plato judío como el chamin? R. Sin problemas. Además, la comida de Oriente Próximo es una comida riquísima. P. Eso sí, que no se te ocurra cocinar en Sabbat, ¿no? R. No, los ortodoxos no pueden, aunque para mí los sábados es el día en el que cocino. P. Además de la cocina, tu otra pasión es la música. R. Sí, soy aficionado a todo tipo de música, aunque hace diez años descubrí el jazz. En la música he ido avanzando hacia atrás, ahora me encuentro en los 50, y en esa época está el jazz modal y me gusta mucho, como toda la música afroamericana de esa época. P. El jazz cool. Chet Baker, Modern Jazz Quartet… R. Exacto, el west coast jazz. Baker es mi trompetista fetiche. P. Sin embargo, parece que el jazz no vive ahora sus mejores momentos. R. Está de capa caída porque los ritmos de la cultura afroamericana se han dirigido más hacia el hip-hop. Pero creo que es la música clásica moderna y tiene una capacidad de perdurar, de base, que no tienen otras músicas. Resurgirá. P. Como la cocina tradicional o los genéricos, una base. R. Sí, y luego improvisar. El medicamento genérico no es algo nuevo, por ejemplo, Teva tiene más de cien años de historia. Pienso que, igual que el jazz que es una historia de éxito, larga y con futuro. viernes, 11 de mayo de 2012 h