A.C. Barcelona | miércoles, 25 de marzo de 2015 h |

Si de algo no peca la profesión farmacéutica española es de inmovilismo, aunque su ‘actividad’ no siempre se vea recompensada por las Administraciones. Son numerosas las propuestas de cambio o renovación que emanan de la profesión —algunas por la acuciante necesidad— tanto desde el punto de vista económico como asistencial: nuevos modelos retributivos, implantación de servicios profesionales, modelos para el mantenimiento de la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario en las boticas…

En este sentido, aunque convendría tener en cuenta las peculiaridades de cada país y sus modelos farmacéuticos, España podría atender a los ejemplos que ya existen en su entorno más cercano, Europa, y algunos de los cuales han sido presentados en la mesa redonda “La farmacia en Francia, Escocia, Italia y Alemania: ¿Qué está pasando?”, celebrada en la jornada del miércoles 25 de marzo de Infarma 2015. Una mesa en la que han salido a la palestra iniciativas a copiar… Pero también otras que desterrar.

Respecto a los cambios de índole económica, son muchas las voces que reclaman para las farmacias españolas un sistema retributivo mixto que complemente el margen del medicamento con una tasa fija por dispensación. Este es el sistema con el que trabajan las farmacias alemanas. En concreto, un margen comercial del 3 por ciento más 8,35 euros por dispensación (a lo que se añaden 0,16 euros si es realizada en servicio de urgencia).Aún así, la red de oficinas de farmacias cada vez es menor (20.662 establecimientos en 2013 frente a los 20.921 de 2012 o los 21.238 de 2011). ¿El motivo? Este sistema retributivo no consigue frenar que, actualmente “cada semana cierran una media de 1,5 farmacias en Alemania por irrentabilidad”, ha denunciado Wolfgang Kempf, farmacéutico y Head of the Advisory Board de Alphega en el país teutón. En concreto, en 2013 se produjeron 433 cierres de boticas, cifra superior a las apenas 174 nuevas aperturas.

Como ocurre en España, en Alemania no se ha potenciado hasta ahora la oferta de nuevos servicios profesionales como en cambio sí se hace en Escocia, donde ha desarrollada una cartera de servicios a ofrecer pro las farmacias dentro del propio Sistema de Salud. Por ejemplo, previa formación, los farmacéuticos escoceses tienen el respaldo de su Administración para realizar prescripción farmacéutica en síntomas menores (diarreas, problemas cutáneos, gripes…), según ha destacado Noel Wicks, managing director rigth Medicine Pharmacy de Escocia. Unas prescripciones que son abonadas por el propio sistema sanitario y que se cifraron en torno a dos millones de recetas prescritas por las farmacias el pasado ejercicio. Asimismo, también existen numerosos programas de seguimiento y control de pacientes (400.000 personas integradas en el programa de atención a crónicos desde la farmacia, por ejemplo). Según cálculos de Wicks, “el 50 por ciento de la remuneración de las farmacias escocesas que participan en esta cartera de servicios proviene de estas funciones adicionales”, si bien destaca que ello no evita que la farmacia escocesa también pase por una época de incertidumbre económica. Al menos, esa incertidumbre no es tal en el ámbito asistencial.

Por otra parte, Italia es un buen ejemplo a imitar en otra de las eternas peticiones de la farmacia comunitaria española: la vuelta de los medicamentos de diagnóstico hospitalario en las farmacias. Colegios y sociedades científicas nacionales vienen denunciando que la decisión de dispensar este tipo de medicamentos en los servicios de Farmacia Hospitalaria solo tiene un objetivo económico (evitar el margen de las farmacias) e, incluso, ya se han presentado alternativas muy similares a la existente en Italia (como es el caso de la propuesta de Sefac al respecto). En el país transalpino, es el Estado quien compra estos medicamentos y las farmacias los dispensan a cambio de una retribución. Según ejemplificó en esta mesa Marco Nocentini, presidente de Fedefarma para la región de Toscana (equivalente al Consejo General), “un medicamento que ronde un precio de 50 euros PVP es adquirido por el Estado a un coste de 5 euros y las boticas reciben cuatro euros por su dispensación”. Según confirma, “es un sistema que hemos aceptado”.

Pero en Italia está también la otra cara de la moneda: lo que se debe evitar. El Consejo de Ministros ha aprobado recientemente un proyecto de ley que será ahora debatido en el parlamento y que elimina las restricciones en la propiedad de boticas. Ahora, los esfuerzos de Fedefarma se centran, según adelanta Nocentini, en conseguir que se implante “un porcentaje máximo de capital no profesional” así como límites a la expansión de cadenas. Y todavía podía haber sido peor: la presión del sector consiguió eliminar otras cuestiones que recogía el proyecto de ley como la ampliación en un 100% de la red de farmacias (pasando de las 20.000 actuales a 40.000 a través de bajar el ratio a 1.500 habitantes por establecimiento) y permitir la venta de medicamentos de prescripción fuera de las boticas. “Lo primero (ampliación del mapa) hubiese sido la ruina del sector de oficinas de farmacia y lo segundo (venta en otros canales) lo nunca visto en todo el mundo”, ha apuntado Nocentini.