El Observatorio del Medicamento propone nuevos parámetros que estabilicen la economía del sector
| 2009-10-23T17:13:00+02:00 h |

REDACCIÓN

Madrid

Las escalas de descuento, el crecimiento en los medicamentos con precio superior a los 143 euros PVP (que aumentan casi el 15 por ciento anual en valores), los costes salariales… Todos son parámetros que hacen que la rentabilidad de la farmacia española pierda una media de un 0,66 por ciento anual. Esto, unido a una facturación medida anual de 669.000 euros, la menor de Europa a excepción de Grecia, hacen que la farmacia española tenga un margen menor al 10 por ciento después de impuestos.

Esta cifra deja muy lejos ese listón del 27,9 por ciento de beneficio en el margen comercial de los medicamentos intervenidos sobre el precio de venta al público fijados por ley, algo que el sector fija realmente en un 24,8 por ciento. Una pérdida de rentabilidad que ya se refleja en las arcas públicas, pues la recaudación del IRPF de las farmacias es mucho menor por esta bajada de márgenes.

Esta situación coloca a la farmacia de nuestro país en una situación complicada: la pérdida de rentabilidad se prolonga desde hace cinco años y reduce a marchas forzadas sus márgenes de negocio. Sin embargo, esta situación no es exclusiva de nuestra farmacia, ya que en el resto de Europa también se dejan notar los efectos de la crisis y ya se han alzado voces de alarma que avisan de la pérdida de rentabilidad de estos establecimientos sanitarios. Eso sí, por ejemplo, en Francia han disparado las alarmas al aumentar el margen este año sólo un 1,8 por ciento, frente al 2,8 con el que empezó el ejercicio.

Pese a ello, la situación española no es comparable a la de otros países de nuestro entorno. Así lo manifiesta Enrique Granda, director del Observatorio del Medicamento de FEFE, quien afirma que la situación española es muy diferente. ¿Por qué? “Porque su rentabilidad es mucho mayor al haber menos densidad de farmacias; porque manejan márgenes mucho mayores; porque en algunos países, como en Francia, tienen diferentes niveles de reembolso; porque en otros, como Reino Unido o Suecia, tienen un IVA cero para los medicamentos de prescripción; porque tenemos los precios más bajos de toda Europa…”.

En este sentido, frente a la media de 669.000 euros anuales que facturan las farmacias españolas, en el resto de Europa se presentan cifras muy superiores. Este es el caso de Países Bajos, con una facturación anual media de 2.534.600 euros. O de las farmacias del Reino Unido, con 1.892.500 euros. O de las boticas alemanas, con 1.761.000 euros. O de las francesas, con 1.444.800 euros. O de las portuguesas, con 1.268.500 euros… Y así el resto de Estados miembro menos Grecia.

Una rentabilidad que se ve afectada, además de por textos legales como el Real Decreto 5/2000 o el de Mutualidades y por la ineficacia del Real Decreto 823/2008, que establece los márgenes, deducciones y descuentos de la distribución y dispensación de medicamentos, por aspectos como el número de habitantes por farmacia (2.192 en España por las 17.165 en Dinamarca, las 10.441 en Suecia o las 8.435 en Países Bajos).

O por factores como el precio medio de venta al público de los medicamentos (12,3 euros en España frente a los 24,8 euros en Alemania, los 21,1 euros en Bélgica o los 16,4 euros en Países Bajos). O por la venta de medicamentos por farmacia (742.700 euros en España, frente a los 2.201.700 euros en Países Bajos o los 1.825.400 euros en Reino Unido). O el gasto público en medicamentos por habitante respecto al PIB (un 1,3 por ciento en España frente al 0,5 por ciento en Dinamarca, el 0,6 por ciento en Polonia y Finlandia o el 0,7 por ciento en Suecia.

Estas diferencias hacen que, a pesar de que en estos momentos la crisis afecta a todo el sector farmacéutico europeo, sea la farmacia española la que esté más cerca del abismo. Y dentro de nuestro territorio, a no todas las farmacias por igual. “En España hay un 75 por ciento de farmacias malas y un 25 por ciento muy por encima de la media”, manifiesta Granda.

Soluciones

Para él, la solución para atajar esta pérdida de rentabilidad tiene que venir de la mano del establecimiento de otros parámetros para estabilizar la economía del sector. Entre ellos estaría la reducción del IVA de los medicamentos de prescripción del 4 al 2 por ciento. “No tiene sentido que cuando el 80 por ciento del mercado es público la Administración pague lo que luego recauda”, manifiesta.