| domingo, 05 de octubre de 2008 h |

No hay más certeza que la que puede facilitar quien ha elaborado los Presupuestos Generales del Estado de 2009, el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes. Él ha admitido la austeridad en algunas partidas. En Sanidad, Cultura, Defensa, Medio Ambiente y Exteriores, las previsiones son que el ajuste del cinturón sea mayor y se va a dejar a estos departamentos con cintura de avispa. No hay que ser ingenuos y sorprenderse ante la repercusión que tendrá que el presupuesto consolidado de ingresos para 2009 previsto ascienda a 301.435,20 millones de euros, una caída del 2,3 por ciento respecto a 2008.

Una ojeada a las cuentas públicas previstas no anima a un optimismo expansivo, y mucho menos si miramos a nuestro alrededor y vemos la situación financiera de algunas economías. Pero la realidad es que España está sosteniendo un SNS con unos niveles de calidad envidiables y a un coste.

Fuera del debate partidista de los grupos políticos, nuestra Sanidad goza de buena salud, aunque tenga múltiples achaques. Otra cosa es valorar cómo puede influir el comportamiento que las autoridades políticas tanto del Gobierno central como de las CC.AA., en el futuro del SNS. No es cuestión de echarse la culpa recíprocamente, porque el propio sistema de financiación de las autonomías tendría que haber dejado claro cómo y para qué se asignan los recursos y su destino.

Todo ello debería hacerse con el principio de la equidad entre las diferentes regiones, para garantizar que el acceso de los ciudadanos a la sanidad es equiparable viva donde viva. No ha sido así, y ahora estamos inmersos en debates entre lo que se adeuda desde la Administración central a las CC.AA., al tiempo que se asume que los capítulos destinados en 2009 tanto para la Sanidad como para Ciencia e Innovación no son los deseables.

Pero la terca realidad se acabará imponiendo y los políticos tendrán que ponerse manos a la obra para solventar errores pasados en materia de financiación sanitaria, aunque la economía no esté para muchas fiestas. Y habrá de hacerse porque la realidad política no soportará el envite de algunos presidentes autonómicos contra el Gobierno por la falta de cumplimiento de los acuerdos de fondos sanitarios adicionales. Sobre todo si quienes más alzan la voz son los socialistas Touriño y Barreda. Ya se sabe que no hay peor cuña que la de la misma madera, y quizás eso salve nuestra sanidad.

Yolanda Martínez es doctora en Periodismo y profesora de la UCM