| domingo, 12 de julio de 2009 h |

J. N.

Madrid

Pregunta. Una nueva persona al frente del CGCOF, un nuevo equipo… ¿un Consejo distinto?

Respuesta. Sí, pero desde el respeto a todo lo bien que se ha trabajado. Hasta la fecha la última palabra la tenía Pedro Capilla, ahora la tendré yo. Es un proceso evolutivo, sin nostalgias, pero con respeto, hay que seguir avanzando.

P. Desde su elección hasta hoy ha avanzado con pies de plomo.

R. Como secretaria general me adiestré para tener pies de plomo. Haremos una renovación serena, pero renovación. Hay que ser prudente, pero no hay que tener miedo a la innovación.

P. Tras 21 con Capilla como presidente, ¿qué deben esperar los farmacéuticos de Carmen Peña?

R. Capacidad de trabajo, lealtad y firmeza. Las decisiones se adoptarán de forma meditada, hablada y consensuada, pero una vez que se tomen no habrá debilidades.

P. Consenso, diálogo y trabajo.

R. Cualquier decisión necesita estar muy trabajada, porque las improvisaciones no son buenas.

P. ¿Cuáles serán las principales diferencias y coincidencias respecto a la presidencia Capilla?

R. No quiero comparar, porque somos muy diferentes. Va a ser una nueva etapa y las cosas no van a ser iguales, porque los tiempos cambian y las soluciones cambian.

P. ¿El no haber tenido rival significa que la sombra de Capilla es alargada o que la suya es fuerte?

R. Ninguna de las dos cosas, es un tema de confianza. Mi responsabilidad ahora es responder a esa apuesta de confianza que han hecho los farmacéuticos.

P. Pidió colaboración. ¿no?

R. Es obligado aunar esfuerzos, pero hay que respetar a quien se ha encomendado el liderazgo. Y si lo hace mal, que se marche. En esta colaboración espero que haya reciprocidad.

P. Colaboración de los colegios. ¿Hasta los más… críticos?

R. Todos los colegios son mi gente, sin excepción. Puede haber desencuentros y que sean crónicos, pero intentaré resolverlos.

P. ¿También espera la colaboración a las patronales?

R. Además de formar parte de las patronales, son colegiados a los que les debo el mismo respeto. Eso sí, no hay que perder el norte. El Consejo tiene un camino y en ese proceso no habrá debilidades. Cada uno está en su sitio y nadie debe jugar a lo que no le corresponde. El Consejo representa a los 62.000 farmacéuticos de España.

P. ¿Qué líneas básicas se va a marcar Peña como presidenta?

R. Hay muchas líneas a seguir. Por un lado el tema institucional, de representación de la profesión y del posicionamiento de la Organización Farmacéutica Colegial a nivel nacional e internacional.

P. A nivel internacional, ¿como?

R. Afianzar nuestra posición en Europa y, a nivel mundial, dentro de la FIP. También queremos profundizar dentro de Latinoamérica, porque ahí hay mucho trabajo de avance profesional.

P. ¿Y a nivel nacional?

R. Mantener el liderazgo. Para ello hay que trabajar en materia de nuevos servicios, que hay que implantar para un desarrollo profesional, sin perder de vista a la defensa útil a nivel profesional en cuanto a las leyes que incidan sobre el trabajo de la farmacia.

P. Ahí nos encontramos con las administraciones.

R. Siempre he dicho a las administraciones que el farmacéutico es un profesional sanitario colaborador que siempre está dispuesto a asumir campañas, nuevos servicios… Pero necesita un respaldo, un marco económico y legislativo estable. Somos una profesión regulada y no podemos vivir con la incertidumbre de que una nueva norma que no se medite y la elaboren personas que no conocen el sector nos pongan a los pies de los caballos y nos lleven a un callejón sin salida que entorpezca nuestra labor asistencial.

P. En este sentido, pasado el trago de Bruselas, el gran caballo de batalla será la rentabilidad de la farmacia, ¿no?

R. Hay datos que evidencian que todas las medidas económicas desde 2000, con el RD 5/2000 a la cabeza, han incidido brutalmente en la farmacia. Somos solidarios con la búsqueda de la sostenibilidad del sistema, pero no a base de medidas mal planteadas: precios de referencia, concepto de genéricos, precios menores… Su puesta en práctica ha generado una espiral lesiva que deja al farmacéutico indefenso. Tenemos que estar atentos porque si esas deficiencias no se corrigen la farmacia no puede salir adelante y caerá la calidad de la asistencia.

P. ¿Se luchó por un modelo y normas internas pueden matarlo?

R. Exacto. No puedes pedir a ningún profesional que pierda en cada una de sus actuaciones. Puedes arrimar el hombro pero…

P. ¿Hay vías de solución?

R. Pedimos la derogación de RD 5/2000, y si no una revisión actualizada de su impacto económico. Otro ejemplo es la gota que colma el vaso: el RD de Mutualidades. Estamos muy disgustados porque es injusto y desproporcionado. Lo hemos recurrido, seguiremos adelante y evidenciaremos con cifras esa desproporción. No nos pueden penalizar con deducciones sobre un trabajo específico, a la carta.

P. ¿Son desajustes propios del sistema sanitario que tenemos?

R. Tenemos un sistema privilegiado, pero esas bondades generan desajustes con otros países de Europa. Hay que luchar por mantener un sistema que en cuanto a prestación farmacéutica es el mejor del mundo, pero se deben corregir ciertos desajustes, aunque tienen difícil solución porque no queremos perder ese modelo universal.

P. ¿Son los farmacéuticos los tontos útiles de este sistema?

R. Tonto útil no, porque en el resto de profesiones sanitarias se tiene la misma sensación. Todos tenemos la sensación de trabajar mucho pero sin reconocimiento.

P. Ya, pero vosotros sois un sector público privado. ¿Hay poca sensibilidad de la Administración?

R. Los grandes procesos son lentos, pero si lo que se reivindica es justo se termina ubicando el espacio. Se podrá tener desencuentros con políticos, pero al final la sociedad te respaldará como un servicio necesario. Soy muy optimista y confío en la inteligencia de unos responsables que digan: “Esto se ha agotado, hay que revisar cosas”. Hemos llegado al tope

P. Ahí entra el Consejo, ¿no?

R. Los representantes de los profesionales debemos luchar para que se solventen los desajustes del sistema. Demostrar que somos unos profesionales sanitarios de primer orden y exigir a nuestros gestores que nos den nuestro espacio.

P. ¿Se puede defender con firmeza los intereses de la profesión?

R. Sí, pero no te puedes oponer a todo porque no puedes llevar a un colectivo a un callejón sin salida. No puedes lanzarte a las barricadas porque siempre hay un día siguiente. Hay que buscar un equilibrio entre ser firme en las propuestas y que éstas tengan un calado social y sean de justicia.

P. La actualidad cambia y el Consejo deberá adaptarse. ¿Qué impulso dará dará la nueva dirección a esta cuestión?

R. Hay tres grandes bloques: información, formación y comunicación. Eso se tiene que sustentar en las nuevas tecnologías, como sucede con la receta electrónica. Hay que trasladar distintos proyectos y procesos de desarrollo profesional y corporativo a estas nuevas tecnologías, y buscar la interoperatividad entre las diferentes redes autonómicas para asegurar desde el plano de la prestación farmacéutica la igualdad efectiva del paciente respecto a su receta.

P. Más cambios. ¿Pago por servicios?

R. Hay que evolucionar, pero siempre con los pies en el suelo, y sobre éstos se necesita un debate muy profundo. Eso sí, nunca esa remuneración por servicios debería ser “en vez de”, sino “además de”. Todo es revisable, pero en función de la rentabilidad económica, porque no puedes decir a un profesional que trabaje perdiendo dinero.

P. Hablemos de reconocimiento, ¿cree que los rurales necesitan tener voz propia en el Consejo?

R. Hay que hacer una revisión profunda de la farmacia comunitaria y trabajar por las necesidades de grupos homogéneos. Ahora sería demagógico decir: “Haremos una vocalía de farmacia rural”. Si volvemos a generar compartimentos estancos que no estén verdaderamente tabulados haremos una revisión equivocada. Lo que haremos es revisar las modalidades emergentes y la necesidad actual de darlas cobijo en el Consejo.

P. Entonces, no cierra esa puerta del todo, ¿no?

R. No, estamos abiertos a cualquier cambio, pero que esté muy estudiado. A trabajar con red.

P. Dentro de 21 años… ¿Peña seguirá en la presidencia?

R. No, eso seguro.