El Consejo catalán ha iniciado negociaciones con el Departamento de Salud de la Generalitat para elaborar antes de verano un documento

Muchos presidentes colegiales creen que es un tema inaplazable, aunque algunos piensan que se debería empezar por remunerar las guardias

| 2010-04-30T16:48:00+02:00 h |

J. Nieto/ A. Cornejo

Madrid

La economía de las oficinas de farmacia sufrirá un duro golpe con la puesta en marcha de las medidas de control del gasto farmacéutico aprobadas por el Gobierno a través del Real Decreto Ley 4/2010. Unas medidas que si bien no afectan de manera directa a las boticas españolas sí lo hacen al ser estos establecimientos el último eslabón de la cadena del medicamento y, por tanto, recogen todos los recortes que se llevan a cabo tanto en los laboratorios como en la distribución. Por ese motivo, una de las vías que están encima de la mesa para paliar las pérdidas que sufrirán es la posibilidad de crear una cartera de servicios remunerados pactada entre las farmacias y las comunidades autónomas, más allá de la actividad principal como dispensadores de fármacos.

El primer paso en esta dirección lo han dado la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña y el Consejo de Farmacéuticos de esta comunidad autónoma, que han iniciado los primeros contactos para establecer posibles “vías de retribución” a las cerca de 3.000 farmacias catalanas por la prestación de determinados servicios. Así lo confirmó el presidente de la máxima institución farmacéutica catalana, Jordi de Dalmases, quien manifestó que las pérdidas que ocasionará la bajada del precio de los medicamentos deberían ser compensadas con nuevas formas de retribución.

Esta posible vía de escape de las oficinas de farmacia para hacer frente a la pérdida de su rentabilidad cuenta con el aval de los distintos programas piloto, como podrían ser los test de detección del VIH, el cribado precoz del cáncer de colon o programas de dispensación de metadona, ya puestos en marcha en diferentes comunidades autónomas. Un primer paso para alcanzar nuevas formas de retribución para las farmacias que en Cataluña podría empezar a plasmarse en un documento de intenciones a partir de verano.

Una nueva carretera

Sobre esta nueva cartera de servicios remunerados a prestar por las oficinas de farmacias, Dalmases manifestó que “es un tema que teníamos desde hace tiempo en cartera y para el que contamos con la complicidad del Departamento de Salud”. En este sentido, el presidente del Consejo catalán hizo un símil: “Tenemos que buscar cuál es el camino, poner la carretera y, cuando la tengamos puesta, poner los coches a circular por ella”. Es decir, cuáles serán los servicios, cómo se conciertan y cuál será la forma de retribución.

A este respecto, Dalmases consideró que se trata de un camino más “que debe ser abordado por parte de la oficina de farmacia”, ya que el futuro basado en un margen sobre los medicamentos “no tiene expectativas halagüeñas de futuro”. De esta forma, insistió en el símil al señalar que “se trata de un camino que se irá convirtiendo en una carretera de un carril, luego en una comarcal y al final en una autopista de calidad”. ¿De peaje? “De una forma u otra se tiene que pagar a la farmacia y a sus servicios”, respondió.

Igualmente, recordó la labor que ya realizan las farmacias en este ámbito: test de VIH, sistemas personalizados de dispensación (SPD), tecnologías de la información y la comunicación TIC, campañas de cribado del cáncer de colón… Unas actividades que considera que deben ser remuneradas, tal y como se hace en países como Canadá o Escocia. “Ahí, las actuaciones profesionales se pagan, no innovamos nada”, manifestó.

Esta necesidad de retribución estaría fundamentada, según Dalmases, en la labor que realizan los farmacéuticos, tanto en dispensación como en actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud, “que se ganan bajo un margen de especialidades farmacéuticas que se están convirtiendo en comodities”. Una situación que lleva a Dalmases a hacerse una pregunta: “¿Ahora debemos analizar cuál será el futuro de nuestra profesión?”.

Esta pregunta, según el presidente de la máxima institución farmacéutica catalana, tiene una respuesta: el margen actual de la oficina de farmacia no puede cubrir todos los servicios de valor añadido y conocimiento profesional que pueden proporcionar los más de 20.000 establecimientos farmacéuticos españoles. “Por eso, consideró que se deberán retribuir”, precisó.

Válvula de escape

Esta bajada de los márgenes de beneficio de las oficinas de farmacia, ya tocada por el Real Decreto 5/2000, se verá agravada tras la aprobación del Real Decreto Ley 4/2010. ¿Será esta iniciativa una válvula de escape para hacer frente a esa situación económica de las oficinas de farmacia? Según Dalmases “es más que una válvula de escape, es abrir un camino de futuro, en una situación muy dura para los farmacéuticos, para un nuevo cambio de la profesión”.

En este sentido, el presidente de los farmacéuticos lo tiene claro: “Hay que buscar un posicionamiento de cara al futuro, porque yo no quiero una profesión que no tenga expectativas de crecer, algo lícito para cualquier sector”. Un crecimiento que tendría en esta iniciativa de remunerar los servicios de valor añadido una vía a explorar. “Quizá no sea la única, pero ésta está muy claro”, precisó.

Eso sí, a pesar de considerar que la puesta en marcha de esta iniciativa supondría un cambio de la profesión, Dalmases no se aventuró a afirmar que necesariamente implicaría un cambio de modelo. “No me atrevería a afirmar que supondría un cambio de modelo, sino una vía nueva de retribución de su actividad y para entrar en nuevas campos en los que aprovechar todo el conocimiento profesional del farmacéutico”, indicó.

Por otro lado, Dalmases señaló que “se debe ser realista”, ya que para que sean retribuidos los servicios deben aportar un verdadero valor añadido. “Nadie va a pagar un servicio si no produce un resultado coste-efectivo en la salud de sus ciudadanos o en el abaratamiento de recursos de otros profesionales que actúen en la salud”. ¿Es el momento de poner esta iniciativa en práctica? Dalmases lo tiene claro: “Ahora no es un momento propicio para casi nada, pero situaciones como la que vivimos con la aplicación del RD 5/2000 obligan y encuentran un caldo de cultivo para permitir concretar cosas”.

Asimismo, Dalmases confió en que la implantación de esta cartera de servicios retribuidos se hará una realidad en un futuro cercano porque “la Administración está encantada con muchas de las actuaciones que hemos puesto a prueba”. Por este motivo, y porque “la farmacia catalana ha demostrado que puede hacer muchas cosas coste-eficientes”, Dalmases cree que “ahora se trata de pasar las pruebas pilotos a realidades”.

“Asunto inaplazable”

El paso dado en Cataluña es el que el resto de presidentes de colegios oficiales de farmacéuticos querrían ver tarde o temprano en su provincia. En este sentido, el reelegido presidente del COF de Madrid, Alberto García Romero, tiene como objetivo “que Madrid sea la primera autonomía en definir una cartera de servicios para todas sus farmacias”, aunque ahora parece ser que Cataluña toma ventaja en esa carrera. También en la Comunidad Valenciana sus colegios apuestan porque los nuevos servicios que presten las boticas, como la atención domiciliaria a dependientes, queden “bien reflejados” en el concierto autonómico con la Administración, ya que “es la mejor forma de hacerlo”, indicó Teresa Guardiola, presidenta del COF de Valencia.

Otros compañeros en cuyas provincias no ha habido aún movimiento alguno también consideran que remunerar aquellos servicios que respondan a necesidades de la población. Es el caso de Badajoz, cuyo presidente colegial, Cecilio Venegas, señaló que “es un asunto inaplazable que hay que abordar”. Para el, “no debe pedirse como sustitución al descenso de márgenes, sino como complemento a éstos”. Sin embargo, el directivo pacense es sabedor de que “hay comunidades autónomas más sensibles a ello que otras”.

Por su parte, Marta Fernández, presidenta del COF de Cantabria, manifestó que era difícil la remuneración, ya que “aunque cualquier ayuda en un sector tan regulado sería bienvenida, mucho tendría que cambiar la legislación actual”. Hay otros presidentes, como Manuel Pérez, del COF de Sevilla, que creen que antes de remunerar ciertos servicios “habría que abonar otros históricos, como las guardias”. Algo con lo que coincide su homóloga cántabra.