Una vez más la sanidad volvió a tener un protagonismo mínimo en el último Debate del Estado de la Nación

El presidente del Gobierno sembró la duda acerca la posición del PP sobre el tema del copago sanitario

| 2011-07-01T19:33:00+02:00 h |

CARLOS B. RODRÍGUEZ

Madrid

La sanidad volvió a tener un escaso peso en el Debate del Estado de la Nación: unas pocas líneas en el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero y nada en el de Mariano Rajoy. Sin embargo, los grupos parlamentarios saben que preservar el Estado del bienestar pasa por equilibrar las cuentas públicas, especialmente las autonómicas. Por ello, la sanidad será una de las áreas más afectadas por una medida en la que coinciden Gobierno y oposición: establecer un techo de gasto autonómico.

Zapatero, que defendió su gestión de la crisis y la necesidad de continuar las medidas de reforma, señaló que el objetivo de reducir el déficit público en 2011 hasta el 6 por ciento del PIB “es muy exigente” y debe compartirse por todas las administraciones. Para lograrlo, dijo que era imprescindible un compromiso global, particularmente el de las comunidades, a las que el Gobierno pidió colaboración leal y responsabilidad fiscal. “El cumplimiento de ese objetivo global es posible”, señaló.

Para garantizar la sostenibilidad fiscal en el medio plazo el Gobierno propondrá, en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera de julio, la aprobación de una regla de gasto a las comunidades similar a la que se va a aprobar en el Estado y en las corporaciones locales y que se remitirá al Congreso en las próximas semanas. No obstante, aunque compartida por los grupos, esta afirmación tiene sus matices. Hoy se señala a las comunidades como responsables de los problemas de endeudamiento pero, con datos del Banco de España, CiU aseguró que a finales del primer trimestre de 2011, el 74 por ciento de la deuda era de la Administración central.

Los sacrificios de 2010

Por su parte, Zapatero señaló que cumplir el objetivo del déficit en 2010 no habría sido posible si en mayo no se hubieran aprobado las medidas de ajuste. Al tiempo, reconoció el esfuerzo de los colectivos que tuvieron que hacer “sacrificios importantes”, sobre todo los empleados públicos. Ahora, el Gobierno se propone ahora profundizar en las reformas que faltan por emprender. Eso sí, la defensa del Estado del Bienestar sigue siendo prioritaria.

A este respecto, recordó que “la sanidad, después de las pensiones, es la partida a la que dedicamos un mayor volumen de recursos: más de 70.000 millones de euros en este ejercicio”, e incidió en que las medidas acordadas con las autonomías en 2010 dentro del Pacto por la Sanidad muestran una voluntad compartida por todas las administraciones sanitarias de asegurar una financiación adecuada para mejorar la eficiencia y eficacia de las prestaciones sanitarias, sin menoscabar la calidad y equidad de un sistema que es referencia internacional.

Igualmente, recordó que en el último año el Gobierno “ha desarrollado los acuerdos en política de racionalización del gasto farmacéutico que han permitido que el gasto acumulado hasta abril de este año se haya reducido un 12 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado”. Pero aún hubo otra mención sanitaria por parte del presidente: sobre el copago. “Algunas veces oigo que ha encargado a FAES un estudio sobre el copago. Parece que no es verdad. Bien, si lo dicen, lo creo, pero un presidente de comunidad autónoma, el de Murcia, habló de copago. No sabemos si sobre eso tienen algo en la cabeza, pero ciertamente, sobre los temas cruciales no han dicho nada”, concluyó.

Ausente el debate sanitario, las sugerencias en este ámbito se hicieron un hueco en las propuestas de resolución. Según el PP, la sanidad pública se resiente por el déficit acumulado en el SNS (unos 15.000 millones de euros), que supone un riesgo para su sostenibilidad y para la calidad y cohesión de sus prestaciones. Por ello insta a consensuar un Pacto por la Sanidad para garantizar la sostenibilidad financiera del SNS, encontrar soluciones a la deuda acumulada, garantizar la universalidad y equidad en la prestación y modernizar la gestión sanitaria para mejorar su eficiencia y lograr una atención óptima con un mayor ahorro de costes.

CiU, por su parte, instó al Gobierno a convocar “con urgencia” el Interterritorial para abordar un debate monográfico sobre la sostenibilidad con propuestas destinadas a garantizar una mejora de los ingresos finalistas destinados a sanidad y definir criterios que limiten el futuro crecimiento del gasto en el ámbito sanitario.

En materia de política social el PSOE propuso presentar un libro blanco de coordinación sociosanitaria que analice la situación a nivel estatal y territorial; concluir el Libro Blanco del Envejecimiento y promover un acuerdo sobre los resultados de la Ley de Dependencia.