Redacción Madrid | lunes, 27 de junio de 2016 h |

El llamamiento al voto útil le funcionó al PP. Aunque a grandes rasgos la fotografía del espectro político es muy similar a la que salió de las elecciones del 20 de diciembre, los populares han sido los únicos que han salido reforzados en la segunda convocatoria electoral. Mariano Rajoy tiene en su mano la posibilidad de cerrar un acuerdo al que no tuvo acceso hace meses, pero tampoco será fácil. Necesitará algo más que el apoyo de Ciudadanos para formar gobierno, aunque tendrá a su favor la presión de evitar unas terceras elecciones.

Los 137 escaños obtenidos por el PP (14 más que en diciembre) junto con los 32 diputados de Ciudadanos (que ha bajado ocho) dejan la suma de ambos al borde de los 176 síes que Mariano Rajoy necesitaría en la primera votación. La llave de la gobernabilidad estaría en los partidos independentistas. Los nueve escaños de ERC o los ocho de Convegencia permitirian el aprobado en la primera votación, aunque el ‘proces’ catalán será una cuestión muy espinosa a solucionar. La suma dePP, Ciudadanos, PNV y CC se quedarían a un escaño de la mayoría absoluta. En la segunda votación, Rajoy necesitará como mímimo la abstención del PSOE.

Lo que parece claro es que los españoles han decidido dar otro voto de confianza al Gobierno en funciones y a la agenda de reformas desarrollada desde el año 2012. Entre las cuestiones a abordar en la negociación estarán sin duda la financiación, la universalidad, el copago o el pacto con Farmaindustria, por citar solo dos de las cuestiones que más separan a los partidos.

El Gobierno del cambio, por su parte, se ha desinflado. El PSOE se mantiene como la segunda formación en votos y número de escaños (cinco m enos que en diciembre) y Unidos Podemos ha logrado 71 diputados, dos más que en diciembre y muy lejos de lo que indicaban todas las encuestas. El pacto que firmaron PSOE y Ciudadanos no tiene posibilidades de reeditarse en primera votación sin aglutinar también a la coalición de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, lo que a primera vista parece imposible. Y en segunda votación necesitaría contar con la abstención de demasiados partidos.