La Comisión de Salud Pública se reunió la semana pasada para aclarar el destino de las dosis sobrantes
| 2010-01-15T16:13:00+01:00 h |

carlos b. rodríguez

Madrid

De la primera pandemia al primer escándalo del siglo XXI. Sin duda es la mutación más rápida experimentada por el virus H1N1, y todo por los millones de vacunas que sobran ahora que la gripe A ha dejado atrás su pico epidémico. España fue prudente y, gracias a una cláusula incluida en los contratos de adquisición, gastará unos 90 millones de euros (170 menos de los previstos) al adquirir 13 de los 37 millones de vacunas que reservó. Aun así, según las estadísticas oficiales, sólo una de cada tres personas en situación de riesgo se vacunó: en el conjunto del SNS se suministraron unos tres millones de dosis. La cuestión es qué hacer con los otros diez millones que están ahora acumulando polvo.

Al cierre de esta edición, desde el Ministerio de Sanidad no se facilitó información sobre la Comisión de Salud Pública que durante el 14 y 15 de enero trató, entre otros temas, el destino de las vacunas y las condiciones de pago.

La situación es la misma en todas las regiones, donde las vacunas sobran en función de la población, pues fue ésta la variable de reparto. Así, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana sobran unas 800.000, y más de un millón esperan en Madrid, Cataluña y Andalucía.

Soluciones

Cuando se habla de fracaso de la campaña de vacunación, los gestores hablan de previsión y de racionalización. De hecho, la ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez, descartó en Bruselas vender el sobrante de los 13 millones de vacunas adquiridas. España quiere mantener esa reserva, en previsión de que el virus circulante el próximo año sea el de la gripe A.

Pero en los días previos a la reunión de la Comisión de Salud Pública no todas las regiones compartían la misma opinión. Asturias, donde la vacunación frente a la gripe A no ha llegado al 40 por ciento —mientras que la de la gripe estacional se situó en un 62 por ciento— quería devolver su remanente (unas 90.000 vacunas) y recuperar el dinero. Canarias compró unas 400.000 vacunas y hasta el pasado 6 de enero sólo había administrado 42.671, en torno el 13 por ciento. Sin embargo, es todavía la región con las tasas de incidencia más altas de la gripe, motivo por el cual su Consejería de Salud no quiere desprenderse de ellas ante un posible repunte.

No eran las únicas opciones. Se habló de revender las vacunas a los fabricantes a un precio inferior al pagado, de donar o revender los stocks a países de la UE que no habían cerrado acuerdos con la industria, o bien donarlos a países en vías de desarrollo. Otra alternativa sería devolver el excedente a los laboratorios para su venta en farmacias. Aquí entraba en juego las posibilidades de venta.

Y son pocas, según Fernando Redondo, presidente de FEFE. La federación se reunió con Jiménez la semana pasada y, aunque no hablaron de la venta por el canal privado de la vacunas contra la gripe, el presidente de la patronal lo tiene claro: “Debe hacerse por una necesidad sanitaria y no porque haya excedente de vacunas”.

Fabricantes de vacunas, otra víctima de la nueva gripe

Lo ocurrido en España se repite a nivel internacional. Quizá el ejemplo más grave sea el de Francia, que compró 94 millones de vacunas y sólo ha administrado cinco. En un intento de recuperar parte de la inversión, el país galo ha comenzado a revenderlas a otros países. La farmacéutica Sanofi-Pasteur anunció su disposición a renegociar el contrato de compra, como ha hecho ya Glaxo con el Gobierno alemán, donde sólo se distribuirá el 70 por ciento del pedido original.

Es sólo el comienzo de una tormenta que amenaza en convertir a los fabricantes de vacunas en la siguiente víctima de la gripe A. Catorce miembros del Parlamento Europeo creen que estas compañías influyeron en la Organización Mundial de la Salud a fin de alarmar a los gobiernos de todo el mundo sobre los peligros de la nueva gripe. La OMS estima “irresponsables” estas acusaciones y ha asegurado que someterá su gestión a investigadores independientes.