| viernes, 25 de mayo de 2012 h |

“Intentamos hacernos fuertes en determinadas áreas e invertimos en tecnología e innovación buscando un blindaje”

“Es importante que se premien las actitudes más valientes, en vez de aplicar rebajas de precios indiscriminadas”

La crisis se ha traducido en continuas rebajas de precios de los medicamentos, las cuales están teniendo efectos devastadores en parte de la industria farmacéutica española. Las compañías, ante este panorama, han adoptado estrategias alternativas para salir del atolladero y una de las opciones que más ha calado ha sido la de la internacionalización. Es el caso de Salvat, tal y como explica su director general, Jordi Julve.

Pregunta. ¿Qué balance hacen del ejercicio 2011?

Respuesta. La evolución ha sido de crecimiento, aunque por debajo de los dos dígitos. Lo que más ha crecido ha sido la facturación internacional. Esta ha venido representando un 10 por ciento de nuestras ventas y la previsión es que alcance un 40 por ciento en 2012.

P. Por tanto, están en pleno proceso de expansión, ¿no es así?

R. Por los procedimientos que tenemos en trámite en los países donde hemos activado el registro, sabemos que en 2014 habremos lanzado en más de 80 países.

P. ¿Por qué es tan importante la internacionalización para una compañía como Salvat?

R. Lo que hacemos es compensar las caídas de facturación de productos históricos en el mercado doméstico, por la reducción de precios, aumento de la competencia y la entrada de genéricos, con nuevos productos y con la venta internacional. Tratamos de estar en países en los que la presión sobre los precios no es tan fuerte, aunque las medidas de ahorro se están tomando en todas partes.

P. Pese a ello, Salvat seguirá vendiendo medicamentos de prescripción en España. ¿En qué posición les deja el nuevo RDL?

R. Esperamos una nueva rebaja de precios con la revisión de los precios de referencia y del criterio de precios menores. Además, con la normativa de dar preferencia a los genéricos, en muchas comunidades también experimentaremos una reducción de las ventas en el área de prescripción. Nos preocupa también mucho el criterio de bajo precio. Esperaremos a ver la letra pequeña, aunque intuimos una caída de márgenes.

P. Respecto al sistema de precio seleccionado, ¿puede una compañía como Salvat competir en un mercado basado en el sistema de subastas?

R. En nuestro caso no, por dos razones. Primero, porque no está en nuestro ADN, no somos una compañía a la que le guste jugar a precios ‘reventados’ y, por lo tanto, no nos apetece entrar en esta guerra. Además, es obvio que esto solo lo puedes hacer si manejas volúmenes muy grandes o un catálogo muy amplio.

P. ¿Piensan que este tipo de medidas podrían acabar con la pequeña y mediana industria nacional?

R. La crisis económica global y las medidas adoptadas en nuestro sector están haciendo una presión muy grande para que las empresas que no son competitivas salgan del mercado. No es tanto cuestión de tamaño, sino de competitividad. Hay empresas pequeñas con especialización en mercados concretos muy bien posicionadas que no van a sufrir tanto porque tienen productos bien aceptados por la comunidad médica y farmacéutica. En cambio, va a haber empresas grandes poco diferenciadas que van a sufrir muchísimo.

P. Dentro de este contexto, ¿en qué posición queda Salvat?

R. Estamos intentando hacernos fuertes en determinadas áreas. Hemos invertido en tecnología y en innovación y pensamos que es un blindaje muy elevado. Y una de nuestras armas es una red de empresas en el exterior que trabajan con nosotros a través de partnerships y que están esperando a que desarrollemos nuevos productos para comercializarlos en sus mercados.

P. ¿Cuál es el perfil de estos socios internacionales?

R. Buscamos compañías eminentemente comerciales. La idea es que no tengan innovación y seamos necesarios para ellos.

P. ¿Cuáles son los mercados prioritarios para Salvat?

R. Estados Unidos es nuestra prioridad. Estamos allí desde 2009, cuando lanzamos nuestro primer producto tras un acuerdo de comercialización con WraSer. Ahora estamos viendo con la FDA para registrar el segundo, un tratamiento para la otitis media. Esperamos que a finales de 2013 o principios de 2014 pueda ser registrado. El segundo mercado es
el asiático. Comercializamos en Corea e India y estamos entrando en otros como China, Singapur o Malasia, entre otros. También son importantes México y Sudamérica, así como África, donde tenemos una posición de liderazgo en malaria, con nuestro producto Malacur, aprobado por la OMS para esta enfermedad.

P. ¿Para servir a todos estos países será suficiente con la fabricación que realizan en España?

R. Excepto para Estados Unidos, donde producimos en una fábrica contratada en Carolina del Sur, para el resto del mundo fabricamos en España. De hecho nuestra apuesta industrial no para de crecer. Incluso en nuestras actividades de promoción ante los profesionales nos gusta alardear de ello y tenemos un lema “orgullosos de fabricar aquí”.

P. ¿Qué les parece, entonces, que el RDL contemple ‘premiar’ a las empresas por su aportación al PIB?

R. Nos parece necesario que se premien las actitudes más valientes, en vez de aplicar rebajas de precios indiscriminadas que penalizan a todos por igual. Es muy importante no penalizar la innovación.

P. ¿Es el Plan Profarma un estímulo suficiente?

R. El Plan Profarma es una iniciativa fantástica, estamos en él desde que se lanzó. Pero nos parece insuficiente. Creemos además que debería ser más exigente en los criterios elegidos para premiar a las empresas que generan innovación.

P. ¿Y cuáles serán las próximas innovaciones de Salvat?

R. Nosotros investigamos en nuevas moléculas, con algunos proyectos de riesgo basados en nuevos mecanismos de acción, nuevas aproximaciones para curar patologías no resueltas. Y luego tenemos proyectos en tecnología para mejorar productos que ya tenemos en cartera o completar gamas de productos. La mayoría de proyectos los hacemos en España, en colaboración con centros públicos o en nuestro propio centro de investigación.

P. ¿Algún avance concreto?

R. Tenemos un proyecto con una biotecnológica del País Vasco que en regeneración ósea para casos muy graves. Hemos desarrollado un biomaterial patentado con células del paciente. Esto se sitúa en el entorno de nuestra inversión en biotecnología y se enmarca en nuestra estrategia de establecer alianzas con otras empresas. Entendemos que el siglo XXI es el siglo de las alianzas. Para crecer de verdad hay que buscar el socio adecuado.

Pregunta. Además de internacionalizarse, es clave diversificar el negocio, ¿no?

Respuesta. Efectivamente, nuestro crecimiento en España se basa principalmente en los productos no financiados, medicamentos, productos sanitarios, antisépticos, nutracéuticos, productos adicionales que completan nuestro portfolio. Necesitan recomendación médica y salen del canal farmacia, pero no están financiados.

P. ¿Qué les parece entonces la desfinanciación de nuevos productos que se viene planteando en las últimas semanas?

R. Las compañías debemos apoyar la estabilidad y la certidumbre en el sector y ello desahogar al sistema con la desfinanciación de determinados grupos terapéuticos puede ser positivo. Lo que es evidente es que hay que hacerlo con mucho criterio para que no se produzcan deslizamientos.

P. ¿Tienen ustedes productos que puedan ser objeto de desfinanciación?

R. Sí, tenemos antidiarreicos, lágrimas artificiales… Es decir, casi todos los que se han mencionado como candidatos.

P. ¿Y cómo valoran que el ministerio se reserve el control de los precios?

R. Parece que esto en un mercado de precio libre no tendría mucho sentido y desde un punto de vista jurídico no podría prosperar. Entendemos la preocupación de las autoridades porque no se suban excesivamente los precios tras la desfinanciación, pero conociendo el mercado esto es muy difícil. Si vemos los productos desfinanciados actualmente nos damos cuenta de que están por debajo de los que sí están financiados. Quizá extreman la prudencia más de lo necesario.