Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3
El pediatra Carlos González desmonta con su habitual ironía en su libro En defensa de las vacunas los argumentos de quienes están en contra de las vacunas, y anima a los padres a no dejarse engañar y a seguir protegiendo la salud de sus hijos. La vacunación, afirma, es una de las prácticas médicas que más sufrimiento, dolor y muerte han evitado. La historia de las vacunas es la historia de la lucha contra enfermedades que durante siglos se han cobrado un terrible tributo en vidas humanas.
Algunas, como la viruela, han sido vencidas y ya no es necesario vacunar contra ellas. Pero otras todavía acechan, y varios países industrializados han sufrido brotes y epidemias de sarampión, difteria o tos ferina cuando el número de niños no inmunizados aumentó, debido a la propaganda antivacunas. El doctor González dice que desde hace unos años, cada vez se encuentra con más padres que no vacunan a sus hijos porque creen que las vacunas son inútiles, innecesarias, peligrosas o las tres cosas a la vez. Algunos, manifiesta, incluso se sorprenden de que él esté a favor de las vacunas. Como si hubiera una especie de paquete ideológico raro-progre-natural y si defiendes la lactancia materna o coger en brazos a los niños, también debes estar, “lógicamente” en contra de las vacunas y creer en la medicina “alternativa” y en la era de Acuario.
El doctor González afirma que los padres que no vacunan a sus hijos suelen estar muy informados. Han leído libros, han visitado páginas y páginas de Internet. “Están muy informados, pero muy mal informados. Porque estas páginas y esos libros que atacan las vacunas están llenos de errores, falacias, medias verdades, mentiras completas, argumentaciones vehementes y coloristas, datos y más datos y paranoicas denuncias sobre supuestas conjuras de la industria farmacéuticas”, precisa este experto.
El pediatra intenta proteger la salud de los mas pequeños con argumentos demoledores. Las vacunas, dice este experto, tienen la capacidad de proteger no solamente a los individuos vacunados, sino también a la población en su conjunto. Si en un país disminuyen a la mitad los casos de sarampión, tendrás la mitad de posibilidades de contagiarte. Si no hay ningún caso de sarampión, tu riesgo es cero, aunque no estés vacunado.
Por eso, es muy importante mantener unos niveles muy altos de cobertura vacunal, y solamente así podemos proteger a aquellas personas que no se pueden vacunar porque tienen una enfermedad que lo contraindica. O a aquellas en las que la vacuna no resulta eficaz por algún motivo.
Cuando el porcentaje de niños no vacunados aumenta, llega un momento en que los brotes epidémicos son de nuevo posibles, y entonces no están en peligro solamente los que no se quisieron vacunar, sino también los que no pudieron vacunarse. Seguro.