La vacunación previene más de 25 enfermedades infecciosas
| 2010-01-22T16:07:00+01:00 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Estoy harto de que se confunda por elevación, a instancias de la gripe A y otras monsergas, la extraordinaria eficacia de las vacunas. Porque en un viaje a Lyon aprendí que cada año la vacunación permite salvar mas de dos millones de seres humanos. Mientras tanto, otros dos millones de personas mueren aún, por no poder acceder a las vacunas. Hace cien años, las enfermedades infecciosas constituían la principal causa de muerte en todo el mundo, incluso en los países más desarrollados. La vacunación permite actualmente prevenir más de 25 enfermedades infecciosas y muy pronto, nuevas vacunas ampliarán aún más el espectro de la prevención.

Los orígenes de Sanofi Pasteur se remontan a más de un siglo, y están estrechamente vinculados con los trabajos de Louis Pasteur, de la familia Mérieux, de John Fitzgerald y de Richard Slee. A pesar de que cada uno siguió su propio camino, todos compartían un mismo objetivo: proteger a la humanidad contra las enfermedades infecciosas.

Cae en mis manos un libro, un texto estupendo, sobre la gripe, el sida, y otros enemigos invisibles. Bajo el título Las grandes plagas modernas, Salvador Macip, doctor en Medicina por la Universidad de Barcelona y actualmente estudioso de los mecanismos de la muerte celular en el departamento de Bioquímica de la Universidad de Leicester, analiza, estudia y aborda las preguntas más inquietantes sobre nuestros enemigos invisibles. Dice a instancias de la vacuna del virus del papiloma humano que “no se ha podido demostrar todavía una relación causa-efecto entre la vacuna y ninguna de las reacciones más graves. Sólo puede afirmarse que los problemas han coincidido con el periodo de vacunación, pero eso podría no dejar de ser una coincidencia.”

En efecto, faltan datos concretos, pero conviene matizar el ciclo de las vacunas que incluye etapas muy diferenciadas como la “de investigación”, que identifica las proteínas antigénicas capaces de generar una respuesta inmunitaria. La pre-clínica que consiste en evaluar la seguridad del antígeno y seleccionar la mejor vacuna candidata. En el desarrollo clínico se involucran de diez (fase I) a miles de personas (fase III) en estudios clínicos y se producen los primeros lotes (lotes clínicos e industriales para conformidad). Le sigue la aprobación regulatoria, donde todos los datos recolectados a través de las etapas previas son presentados ante las autoridades de salud para obtener la homologación del producto.

Para el proceso de fabricación se necesitan de 6 a 22 meses para producir un solo lote de vacunas y, finalmente, el control de calidad. Téngase en cuenta que aproximadamente el 70 por ciento del tiempo de producción es dedicado a control de calidad y a procedimientos de fármaco-vigilancia en las fases de desarrollo clínico y de producción. Así que pocas bromas, y recordemos aquella frase de Alan Arkin cuando dijo: “O estás creciendo o te estás marchitando, no existe término medio. Incluso si te quedas quieto, te marchitas”. Es lo que hay.