| viernes, 04 de mayo de 2012 h |

Aquí todo el mundo saca sus conclusiones después de las reformas tomadas en el Real Decreto-ley 16/2012 aprobado por el Gobierno que preside Mariano Rajoy y en el que la ministra de Sanidad, Ana Mato, trabaja a brazo partido para que la voluntad de la Administración pública no conculque valores fundamentales. Por eso la Federación de Empresarios de Farmacias Españolas (FEFE) y, por otra parte, un informe realizado por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) sobre la receta electrónica, nos han puesto en estado de alerta.

La patronal estatal de oficinas de farmacia que preside Fernando Redondo se sorprende de que se vuelvan a aplicar medidas sobre la oferta, poniendo en riesgo la viabilidad de las farmacias y de los puestos de trabajo. Asimismo, no entiende por qué se vuelve a incidir en las escalas de deducciones, que aunque mejoran mínimamente la situación de las farmacias de menor facturación, penalizan de forma desproporcionada al resto. A partir de una facturación media se aumenta el porcentaje de cada escala en más de un 5 por ciento, llegando en los últimos tramos a una incautación superior al margen bruto correspondiente a ese tramo, con lo que se obliga a estas oficinas de farmacia a una dispensación a pérdidas que de ningún modo puede tener cobertura legal.

En este sentido, FEFE pronostica fatales consecuencias derivadas de esta medida, ya que empeorará la calidad y seguridad de las prestaciones farmacéuticas. Además, la patronal estatal de oficinas de farmacia teme que esta doble imposición produzca una restricción de stocks, así como de numerosos despidos laborales y una reducción de horarios. De igual manera, considera que se producirá una menor recaudación vía impuestos, se pagarán menos cuotas a la Seguridad Social y, por lo tanto, se reducirá el consumo y se incrementará el gasto de la Administración Pública en prestaciones por desempleo.

Por otro lado, el informe sobre Atención Farmacéutica y Receta Electrónica elaborado por Sefac y Laboratorios Esteve, realizado en la comunidad autónoma de Galicia, permite obtener algunas conclusiones. En el informe realizado por la sociedad que preside María Jesús Rodríguez se señala que la receta electrónica “no permite que los farmacéuticos puedan acceder a la historia clínica del paciente y al historial farmacoterapéutico completo y tampoco facilita una comunicación rápida y fluida entre médico y farmacéutico”.

En este sentido, la implantación de la receta electrónica en nuestro país, según constatan los datos del estudio presentado recientemente, “se está llevando a cabo a distintas velocidades y con tecnologías diferentes que, en estos momentos, no aseguran la interoperabilidad”.

Según manifiestan los farmacéuticos comunitarios, la receta electrónica, con el apoyo de la tarjeta sanitaria, “es una de las herramientas tecnológicas que más y mejor podrían beneficiar el trabajo diario de los profesionales sanitarios, ya que puede ahorrar tiempo en consulta, acabar con duplicidades de pruebas y tratamientos y evitar visitas repetitivas a los servicios de atención primaria para recoger prescripciones”.

Sin embargo, el informe elaborado por Sefac advierte que en la práctica su diseño actual “desaprovecha la capacidad de los farmacéuticos comunitarios al no permitir el ejercicio de una atención farmacéutica completa que mejore la calidad asistencial recibida por los pacientes”. Es lo que hay. Seguro.