| viernes, 06 de julio de 2012 h |

En el interés de abrir nuevos caminos en la industria del medicamento hay colectivos que sobrepasan el área de los fármacos huérfanos o las posibilidades terapéuticas sobre las enfermedades raras. Por ese motivo, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) ha acogido con alborozo la iniciativa de un laboratorio farmacéutico español experto en el ámbito de la dermocosmética. Sobre este particular, cabe destacar que Farma Dorsch, que inició su andadura en 1983 con un tratamiento despigmentante importado de Estados Unidos, ha seguido un camino paralelo a la dermocosmética propiciada por la Academia Española de Dermatología. Y es que, considero que es importante recordar que el grupo de trabajo de la entidad se constituyó en el año 1986, justo cuando Rita Levi-Montalcini y Stanley Cohen recibieron el Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre el Factor de Crecimiento Epitelial. Como ven todos ustedes se trata de una coincidencia “tres en raya”.

En este sentido, es conveniente recordar que cuando el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX incorporó un sistema de lectura y escritura táctil al mundo de los ciegos, que lleva, naturalmente su nombre, se abrió una de las esperanzas con más calado en el alma de las personas afectas de ceguera. Porque entre las limitaciones mecánicas, las del control del ambiente o las de adquisición de la cultura la más notable sea quizá aquella que se ha dado en llamar la “cuarta limitación”, la que consiste en segregar a los seres humanos por falta de solidaridad y por rechazos de todo tipo y condición. Por ese motivo admiro como médico que soy todas aquellas compensaciones que los cerebros tienen para reorganizar la información que viene de los otros sentidos, el tacto, la audición, el olfato o las distintas maneras que permiten interpretar la realidad circundante.

Así pues, gracias a los otros sentidos que poseemos podemos decir que las personas ciegos abren nuevos caminos hacia la sensibilidad, la precisión y la eficacia. Incluso, en ocasiones, mucho más elevada que los normovisuales. Hay hipótesis por el mejor uso de sus sentidos, que nos llevan a concluir que podrían culminar su desarrollo con una superioridad intelectual sobre el normovisual, porque se ha dicho en numerosas ocasiones que “toda suplencia proviene de la inteligencia”.

Una vez dicho esto, debemos fijarnos en que ahora los Laboratorios Fridda Dorsch incorporan el braille a toda su gama de productos en el ámbito de la dermocosmética con Factor de Crecimiento Epitelial (FCE), lo que ha sido recibido con gratitud por la ONCE y, en concreto y particularmente por su directiva Patricia Sanz.

Y es que, la directiva de esta organización que preside Miguel Carballeda ha mostrado la satisfacción en el conjunto de las personas con discapacidad visual, pues ahora podrán incorporar elementos positivos para su belleza en la vida diaria. Curiosamente en este asunto nos adentramos en la esencia de la filosofía, pues la belleza como la moral, la verdad, el conocimiento, la existencia o el lenguaje son asuntos que entran dentro del aspecto filosófico.

Para concluir estas líneas, quiero señalar que en la actualidad nos encontramos en un impulso de la autonomía personal en todos los ámbitos de sus vidas. Y esta circunstancia ya no es filosofía sino más bien otra visión de la vida. Porque pienso que un invidente en el espíritu de su belleza puede generar en los demás emociones visuales. Seguro.