| viernes, 17 de junio de 2011 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Ya lo sabemos. Los de Pierre Fabre han iniciado un nuevo camino con su marca A-Derma. Prescrita por dermatólogos y pediatras para el cuidado de las pieles sensibles y atópicas, evoluciona de ser considerada una marca de cuidados para patologías cutáneas, a ser recomendada por farmacéuticos que la aconsejan para suavizar y calmar la piel sensible, irritada, reactiva o delicada. Me lo cuenta con detalle Manuel Molinero que acudió a Castres con un grupo de farmacéuticos. La vocación y el trabajo de los investigadores de la firma francesa ha derivado en el descubrimiento del potencial que encierra la plántula (brote) de Avena Rhealba.

Hoy, las plántulas ofrecen algo nuevo. Estos brotes proceden de la agricultura biológica, son cultivados en tierras seleccionadas por su situación (lejos de cualquier riesgo de contaminación), sin necesidad de abono, lo que evita la presencia de nitratos y fosfatos, así como de otros productos químicos en el terreno. Se trata de brotes jóvenes que contienen abundantes activos, con actividades a la vez dermatológicas y dermocosméticas.

Hace poco tiempo que la avena ocupa el lugar que le corresponde en la dermocosmética. Es el cereal más rico en proteínas y en ácidos grasos insaturados y poliinsaturados, y es precisamente a este elevado contenido al que debe sus propiedades emolientes y sus efectos calmantes e hidratantes. Es decir, es una fuente de propiedades nutritivas y medicinales con un enorme potencial para el cuidado de la piel.

Pero con el conocimiento de este tesoro vegetal, la Avena Rhealba, se abre una nueva senda. Una clase de avena diferente y mucho más eficaz que otras, seleccionada entre las numerosas variedades de avena por su pureza y por ser una fuente en principios activos calmantes. El extracto coloidal y el aceite de avena demuestran actividades de protección cutánea, cicatrizantes y antiirritantes. Los oligómeros de esta variedad ofrecen una actividad protectora en las manifestaciones de la inflamación de origen neuronal. Protegen la piel sensible de las agresiones externas y disminuyen los signos de irritación.

Cabe destacar que la riqueza de esta variedad de la avena se conserva al máximo durante un periodo muy corto de su vida, alcanzando su máxima concentración en activos al cabo de diez a doce semanas de vida. Entonces hay que cosecharla y extraer su valor. Antes es demasiado temprano; después, demasiado tarde. Hay que hacerlo rápido, ya que si no se cosecha y se trata convenientemente en menos de dos días, la plántula perderá el cincuenta por ciento de sus propiedades.

En definitiva, considero que estamos ante una realidad cada vez más creciente de trasladar lo mejor del campo a la oficina de farmacia. Un camino que, sin ningún lugar a dudas, beneficia a los circuitos menos costosos para el Estado y más beneficiosos para la dispensación farmacéutica. Sobre todo cuando se trata de productos con propiedades como esta específica avena. Seguro.