Redacción / Madrid | jueves, 17 de octubre de 2013 h |

El crecimiento exponencial del gasto farmacéutico hospitalario ha hecho que se contemplen los equivalentes terapéuticos como una de las pocas medidas de choque que resultarían eficaces en la reducción de costes. Sin embargo, las sociedades científicas que forman parte de la Federación Nacional de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) se oponen de pleno a esta vía de ahorro.

Tal y como ha puesto de manifiesto José Manuel Bajo-Arenas, presidente de Facme durante la mesa redonda ‘Límites en el acceso a los medicamentos: transparencia versus opacidad. Efectos sobre la prescripción y sobre los derechos de los pacientes’, que ha tenido lugar hoy en el marco del XX Congreso Nacional de Derecho Sanitario, “la prescripción es una actividad muy compleja que forma parte de la práctica médica y que va mucho más allá del conocimiento de los medicamentos”. Así, ha manisfestado que “Facme está a favor de las políticas de fomento de genéricos o de la introducción de biosimilares como alternativa a los medicamentos de marca biológicos, pero rotundamente en contra de los equivalentes terapéuticos, ya que limitan la capacidad y libertad de prescripción del facultativo y vulneran los derechos de los pacientes”.

Algunas comunidades autónomas y hospitales, basándose en evaluaciones que a su vez parten de estimaciones de comparaciones indirectas, están realizando declaraciones de supuesta “equivalencia terapéutica” entre medicamentos distintos por el hecho de compartir alguna indicación. En primer lugar y según FACME, deben tenerse en cuenta la necesidad del paciente y la forma en la que se manifiesta la enfermedad en cada caso; pero además, es fundamental considerar aspectos muy importantes del medicamento como su farmacocinética, su farmacodinámica o sus efectos subrogados.

“Los médicos diagnostican y prescriben los tratamientos teniendo en cuenta la mejor evidencia científica disponible y después de evaluar el problema de salud del paciente, las alternativas disponibles, las características y preferencias personales de éste y el coste del tratamiento de elección”, insistió Bajo-Arenas. Además, y según el presidente de Facme, “facultativo y paciente adoptan una decisión clínica que conocen, comparten, aceptan y de la que son plenamente responsables. No debe ser modificada ni gestionada por terceros”.