jornadas socidrogalcohol/ Presentan las conclusiones del “Documento de Tarragona sobre prevención”, que exige una estrategia estable

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c.o. Barcelona | viernes, 06 de abril de 2012 h |

Los avances en el conocimiento de la patología dual ponen sobre la mesa la necesidad de establecer estrategias de prevención de adicción a sustancias (drogas y alcohol) en pacientes con trastornos psiquiátricos, especialmente en ciertos casos, como en los recién diagnosticados de trastorno bipolar (TB). Como comentó José Manuel Goikolea, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona, durante las 39º Jornadas Nacional Socidrogalcohol celebradas en Tarragona, los pacientes que debutan con los primeros síntomas de TB son más vulnerables a desarrollar una adicción en los dos primeros años si empiezan a consumir tóxicos o alcohol. Aunque no está cuantificado, el experto calcula que el riesgo amplificado de que el consumo se convierta en adicción, con respecto a una persona que no tenga este trastorno, es aproximadamente de entre cuatro y seis veces más, como mínimo.

Como apuntó Josep Guardia Serecigni, psiquiatra consultor senior de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Sant Pau y de la Santa Creu de Barcelona, el trastorno bipolar es, entre todos los trastornos psiquiátricos, el que tiene más probabilidades de estar asociado al alcoholismo y puede ser considerado como un factor de riesgo para el desarrollo del abuso de sustancias.

No se trata de pacientes minoritarios, ya que entre uno y dos tercios de los pacientes con TB experimentan un problema de alcoholismo o adicción a drogas en algún momento de su vida. Sin embargo, aún están demasiado fragmentados en las redes de salud mental y de adicciones, si bien se están incrementando los esfuerzos para que confluyan tratamientos integrados en el abordaje de la patología dual.

Por otro lado, existe un subtipo de enfermos en los que el trastorno bipolar aparece desencadenado por los tóxicos y por el alcohol. “Estos pacientes tienen una forma de trastorno más leve, lo que hace pensar que la adicción podría haber jugado un papel desencadenante e incluso etiológico de la enfermedad”, explicó Goikolea.

En un plano más general, otro dato que aportó Guardia es que un 28,6 por ciento de personas que presentan alcoholismo tienen un trastorno de personalidad asociado. Los más frecuentes serían los de tipo antisocial, histriónico y por dependencia.

El trastorno bipolar, el trastorno disocial en la infancia y el trastorno antisocial de la personalidad en el adulto, cuando van asociados a un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), aumentan el riesgo de un trastorno por abuso de sustancias de inicio precoz, antes de los 20 años. Sin embargo, matizó que, cuando el TDAH no se vincula con los trastornos mencionados, no se ve incrementado el riesgo de adicción a sustancias.

Documento de Tarragona

Durante el congreso se presentaron las conclusiones del “Documento de Tarragona sobre la prevención”, realizado por un grupo de expertos coordinados por Elisardo Becoña, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de Santiago de Compostela, y Amador Calafat, psiquiatra y psicólogo, y director de la revista Adicciones.

La principal conclusión recoge que la prevención debe plantearse como una estrategia estable, lejos del modelo habitual de acciones puntuales y específicas. Los expertos señalan que la percepción social sobre la importancia de las drogas está disminuyendo en muchos países, especialmente en España, a pesar de situarse entre los países más consumidores de drogas ilegales.

Según el documento, para la prevención debe asegurarse que sólo se financian con dinero público aquellos programas o políticas que se hayan evaluado con resultados positivos.

El trastorno bipolar aumenta el riesgo de adicción un mínimo de entre cuatro y seis veces

El “Documento de Tarragona” pide que se financien los programas que demuestren eficacia