Un informe del CES reprocha a Sanidad que no ejerce su labor coordinadora
El órgano consultivo hace referencia al “limitado papel” del Fondo de Cohesión
Diferencias en I+D+i
Más allá de las palpables diferencias autonómicas en cuanto a impulso en los últimos años y situación actual (Madrid destina mucho, pero es de las que menos ha crecido desde 2000, justo lo contrario que Cantabria), las diferencias en cuestiones de I+D vienen marcadas por la agenda de Lisboa. La media de inversión española (1,35 por ciento del PIB en 2008) queda aún lejos del 2 por ciento de Alemania y Francia; del 1,88 de Reino Unido y del 2,21 por ciento de media de los países de la OCDE. Además persiste el desequilibrio entre financiación pública y privada, ya que ésta (situada en el 46 por ciento) sigue 20 puntos por debajo del objetivo fijado por la Agenda de Lisboa.
En el ámbito de la salud, la I+D se enfrenta a sus propias deficiencias: escasez de investigadores básicos en los hospitales; reducida velocidad de transferencia del conocimiento; insuficiente coordinación entre proyectos e instrumentos estatales y autonómicos; una escasa participación privada y limitada captación de fondos europeos…
c. r.
Madrid
A la hora de comparar una prestación claramente identificable, como la farmacéutica, cuya legislación y régimen económico son competencia del Estado y cuyas condiciones de financiación están nítidamente establecidas, no cabría esperar grandes diferencias interterritoriales. Pero las hay. Así consta en un informe sobre la cohesión social en el sistema sanitario elaborado por el Consejo Económico y Social (CES), que reprocha al Ministerio de Sanidad no ejercer de manera satisfactoria la función de coordinación que le corresponde en exclusiva.
El documento cree que la situación actual requiere una reactivación de la Alta Inspección y una revisión en profundidad del papel del Interterritorial como principal órgano coordinador del sistema. Porque las diferencias en política farmacéutica son sólo una más entre todos los ámbitos (atención primaria, hospitalaria, cartera de servicios, financiación, I+D, pacientes…) que se contemplan. Y eso que, el informe, si bien hace referencia a los acuerdos del 18 de marzo e incluso al 8/2010, no llegó a tiempo para valorar las últimas intentonas de comunidades como la vasca, la gallega o la andaluza para ahorrar en farmacia.
Sus conclusiones, sin embargo, son válidas para analizar la situación que se vive en estas y otras regiones. “Desde el punto de vista de la equidad y la cohesión hay que evitar que la articulación de políticas sanitarias diferenciales impliquen o lleguen a implicar un grado de cobertura y acceso diferente en función del territorio, porque se reconozcan prestaciones diferenciales, porque se aplique de manera diferencial el principio del beneficio (copago) o porque se dificulte la garantía de portabilidad del derecho de la asistencia en todo el territorio”, señala el informe del CES.
Diferencias
La primera gran diferencia que el CES señala a la hora de analizar la cohesión de la política farmacéutica actual está directamente relacionada con el análisis del gasto: las medidas de uso racional dirigidas a la prescripción farmacéutica a través de oficina de farmacia han sido exhaustivas, mientras que se detecta una carencia tanto de datos homogéneos como de actuaciones dirigidas a la gestión de la farmacia hospitalaria.
Otras diferencias importantes tienen que ver con la implantación de la e-receta, punto en el que el CES pide no perder de vista el objetivo de la interoperatividad de los modelos; las distintas modalidades de prescripción por principio activo; los incentivos vinculados a la prescripción, la mitad de las autonomías los tienen; y los diferentes requisitos para la autorización de apertura de oficinas de farmacia, una materia vinculada tanto con el derecho a la atención farmacéutica como con la competencia entre establecimientos mercantiles.
En el apartado de las carencias, el CES repite lo que ya señalaba en su dictamen a la futura orden de precios: que las medidas adoptadas hasta el momento han resultado fructíferas para contener un crecimiento de la factura pública en farmacia “que resultaba a todas luces excesivo”. Si bien, no tanto para racionalizar la demanda y uso de medicamentos, “cuya dispensación sigue desempeñando un excesivo protagonismo en el sistema sanitario español”.
La necesidad de cohesionar el SNS en todos sus ámbitos es más acuciante, si cabe, en el contexto de una crisis económica que ha agravado un problema que empezó hace años. En los últimos ejercicios el reparto de la financiación se ha basado, no tanto en la determinación objetiva de las necesidades relativas de las comunidades, sino sobre la base de criterios históricos, de coste de los servicios y también de costes políticos, lo que ha supuesto un elemento de inestabilidad y fricción permanente.
Por ello es preciso, según el CES, desarrollar políticas compartidas que refuercen la equidad y la cohesión. A este respecto recuerda dos cosas: por un lado, que desde 2002 no hay un bloque de financiación diferencia para sanidad; por otro, el “limitado papel” que desempeña el Fondo de Cohesión Sanitaria, pese a su denominación y las finalidades que la normativa le atribuye.