J. R-T. Madrid | viernes, 30 de enero de 2015 h |

El Sistema Nacional de Salud (SNS) ya cuenta con un nuevo medicamento para tratar a los pacientes de hepatitis C. Sin embargo, la bondad que significa ampliar el arsenal terapéutico estará empañada hasta conocer con exactitud el Plan Estratégico en el que el comité de expertos designados por el Ministerio de Sanidad trabaja desde el pasado 15 de enero. Será este documento el que fije el uso que los médicos puedan darle a Daklinza (Bristol-Myers Squibb), que en los ensayos clínicos que lo avalan ha demostrado altas tasas de curación en combinación son Sovaldi (Gilead) en los genotipos 1, 2 y 3. También será este informe el que dicte el número de pacientes (según su estadio de enfermedad) que se podrán beneficiar de este fármaco y los demás ya aprobados, y será entonces cuando se pueda conocer con exactitud qué presupuesto dispondrá el Plan Estratégico para conseguir erradicar la enfermedad en el largo plazo. “Haría falta tratar a unos 10.000 o 12.000 pacientes al año para que en 2030 tuviésemos controlada la hepatitis C”, señalaba Ramón Planas, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona.

La equis de esta ecuación está en el registro de pacientes que las comunidades autónomas deben facilitarle al ministerio. El director de Farmacia de Sanidad, Agustín Rivero, aseguraba el pasado día 26 que “hablar de dinero sin número de pacientes no era conveniente”. Pero sí que se sabe los techos de gasto de dos de los medicamentos aprobados en 2014. Sovaldi tiene 125 millones de euros (aunque es una cifra revisable al año de experiencia clínica) y Olysio (Janssen) ronda los 70 millones de euros, según ha confirmado Sanidad. Daklinza también está financiado con un acuerdo de techo de gasto aunque no ha trascendido la cantidad máxima. La razón es que el acuerdo por este medicamento se alcanzó con anterioridad a la decisión ministerial de revisar sus guías terapéuticas y abordar un Plan Nacional, circunstancia que elevará el número de pacientes a tratar y, por tanto, las condiciones del acuerdo. De momento, Cataluña ya ha dado a conocer su número de afectados por esta patología: 13.328 personas según el CatSalut.

La financiación que tenga el plan es capital para que exista equidad en las comunidades autónomas que, en realidad, son las pagadoras. Existe un dato positivo que acompaña a las declaraciones de intenciones manifestadas por responsables autonómicos respecto a su implicación para atajar esta enfermedad. En los primeros 25 días de enero, Olysio facturó 18 millones de euros (unos 720 pacientes tomando como referencia los 25.000 euros por tratamiento que cuesta el fármaco) por los 8 millones facturados durante el mes de diciembre. BMS también ha asegurado que, en la semana que lleva bajo financiación pública, “se han tratado a 30 pacientes, a los que habría que sumar los 700 que se benefician del programa de uso compasivo que hemos llevado a cabo”.

Estos datos refuerzan las declaraciones de José María Alonso, secretario de la comisión de Sanidad por el Grupo Popular, quien aseguró que “el compromiso con la innovación y, en concreto, con la hepatitis C es total”. De igual forma, Cristina Ibarrola, directora gerente del Sistema Navarro de Salud, aseguró que “en mi comunidad se han introducido todos los medicamentos y protocolos aprobados por el ministerio”. Otras comunidades, como Andalucía, aseguran que seguirán las pautas de Sanidad pero exigen que el gobierno renegocie los precios de las últimas innovaciones porque observan tensiones presupuestarias. “Ningún paciente se va a quedar sin medicación por cuestiones económicas pero vemos precios desproporcionadamente superiores a lo que cuesta la investigación para elaborarlos”, afirma María José Sánchez, consejera de Salud andaluza.

El informe Génesis de la SEFH

A expensas de conocer la versión definitiva, prevista para este mes, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha publicado un borrador en el somete a un exhaustivo análisis a Sovaldi desde el punto de vista farmacoeconómico. Una de las primeras conclusiones que desprende es que el coste negociado por envase con el SNS es de 8.177 euros (24.531 por 12 semanas de tratamiento), ligeramente menor al precio negociado por Olysio.

Asimismo, el informe destaca que el fármaco de Gilead es coste efectivo en muchos casos, incluso comparándolo con las terapias más antiguas. Además, la SEFH enfatiza en el hecho de que el precio de adquisición (40 por ciento inferior al precio notificado), hacen de este perfil de coste efectividad todavía más solido y positivo para Sofosbuvir.

La Federación Nacional de Enfermos Trasplantados y Hepáticos (Fneth), junto al Grupo de Apoyo a los Enfermos de Hepatitis C, ha denunciado que, con los tratamientos innovadores para eliminar el virus de la hepatitis C, “la Agencia Española de Medicamentos, en su tramitación de negociación, retrasa la incorporación de medicamentos innovadores; además, una vez aprobados, limita sus Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) y guías de aplicación”. La denuncia se extiende también a las comunidades autónomas. Según ambas organizaciones de pacientes, “las consejerías de sanidad, las gerencias de zona o incluso los hospitales limitan la libre prescripción de los fármacos por parte de los especialistas”.

El presidente de Fneth, Antonio Bernal, ha explicado que estas “barreras” distorsionan el sistema de prescripción y minan la confianza del paciente con el médico. “Los pacientes, por culpa de esta situación, creen que no se les está dando la medicación que necesitan y llegan a autoprescribirse”, dice Bernal.