La Consejería de Salud andaluza quiere que el concierto que les une permita la subasta de fármacos para dar exclusividad a cambio de descuentos
El presidente de los boticarios andaluces ha pedido “tiempo” para estudiar la medida del SAS, que amenaza con retrasar el pago de facturas
Sanidad requerirá información al SAS
En el Ministerio de Sanidad no quieren que la equidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud se les vaya de las manos. Por ello, al igual que hizo tras conocer las intenciones de Galicia de elaborar un catalogo propio de medicamentos financiables, desde el departamento que ahora dirige Leire Pajín se va a requerir información al Servicio Andaluz de Salud (SAS) respecto a la propuesta que quiere introducir en el concierto regional. Así, en los próximos días se procederá al envío de una carta oficial en la que se instará al organismo andaluz a detallar las intenciones de la medida. Fuentes ministeriales han asegurado a EG que el objetivo perseguido con este requerimiento es obtener toda la información posible “de forma previa a que dicha iniciativa pudiese salir a la luz”, para obrar en consecuencia y no tener que actuar a posteriori por la vía judicial, lo que complicaría el abordaje del problema.
A falta de conocer las explicaciones del SAS, desde el Ministerio de Sanidad se ha querido recalcar a EG que la ley “es taxativa” respecto a su potestad exclusiva para la fijación de precios de los medicamentos a nivel nacional. Por tanto, indican su “oposición radical” a que las comunidades autónomas, “sea de la forma que sea”, intenten invadir dichas competencias. “Ni aunque el objetivo de las mismas sea la reducción del gasto farmacéutico”, concluyen.
alberto cornejo
Sevilla
Todo sea por ahorrar, incluso si con ello se rompe la equidad del Sistema Nacional de Salud. Al menos es la intención del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que quiere desmarcarse del SNS al tratar de conseguir sus propios precios de los medicamentos con destino final a sus oficinas de farmacia. Para lograr este objetivo quiere, y necesita, contar con el apoyo del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof) a través del nuevo concierto que negocian. Un organismo que, de momento, ha pedido “tiempo” para analizar la propuesta, tal y como confirmó a EG su presidente, Manuel Arenas.
El pasado 29 de octubre, el SAS invitó al Cacof a firmar una serie de modificaciones del actual concierto de prestaciones que les une. Entre ellas, la de poner en marcha concursos públicos para adjudicar la exclusividad de la prescripción y dispensación del medicamento que haya sido ofertado al precio más barato (siempre por debajo del PVL nacional). La iniciativa, frecuente en el ámbito hospitalario, pero nunca puesta en marcha en el canal de la oficina de farmacia, afectaría en una primera fase a diez principios activos.
Una vez finalizado este proceso de selección, “las farmacias vendrán obligadas a dispensar el medicamento o producto sanitario que el SAS haya determinado a través del oportuno procedimiento de licitación pública”, precisa el documento de cambios presentado a los colegios farmacéuticos andaluces.
Muchas dudas legales
¿Es legal la propuesta? Según la Ley de Garantías, no lo sería, ya que ésta otorga al Ministerio de Sanidad la potestad exclusiva para la fijación del precio de los medicamentos para todo el territorio nacional. Además, de prosperar, el SAS rompería el modelo actual, ya que obtendría precios distintos a los reflejados en el nomenclátor nacional. Y es que, el hecho de que en España se trabajase con distintos precios de los fármacos sería un golpe directo a la línea de flotación de la equidad en el SNS.
Asimismo, el RDL 4/2010 también introduce una nueva barrera legal, ya que limita los descuentos a ofrecer por los laboratorios a un 10 por ciento sobre el precio para genéricos y un 5 por ciento en el caso de medicamentos con patente. ¿Pueden las compañías rebasar estos porcentajes? Parece que no.
En opinión de los colegios andaluces, “la ilegalidad de la medida es evidente”, tal y como indicó Javier Tudela, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga. Otras entidades farmacéuticas tienen más clara su ilegalidad. Así, el Club de Opinión de Málaga y la Plataforma para la Defensa del Modelo Mediterráneo ya han comunicado que denunciarán el concierto.
Dudas técnicas
Por otro lado, la iniciativa del SAS también presenta serias dudas técnicas. La primera sería la forma de distribuir los fármacos seleccionados. A priori, la opción más factible sería el suministro directo a las farmacias por parte de los laboratorios, con el correspondiente precio específico para Andalucía.
Sin embargo, es el articulado elaborado por el SAS el que descarta esta opción, al mencionar expresamente a la distribución. “El precio final del medicamento será la cantidad que resulte de restar al precio industrial máximo establecido para el fármaco el descuento ofertado y de sumarle las cantidades correspondientes a los márgenes establecidos para la distribución y dispensación”, dice.
La pelota estaría, por tanto, en el tejado de los almacenes que, como sabedores del destino final del fármaco, aplicarían el precio andaluz o el PVL nacional. A este respecto, la farmacia andaluza alerta de otros posibles daños colaterales. “Obtener precios más bajos que en el resto de España es abrir la puerta al comercio paralelo entre farmacias y el SAS sería el responsable”, alertaban diversas voces la semana pasada.
Puesta en escena
La puesta en escena de la medida del SAS pilló por sorpresa a la farmacia andaluza. Así, el 29 de octubre representantes del Cacof acudieron a una reunión con el SAS con la única finalidad, a priori, de plasmar por escrito la eliminación de los descuentos regionales en absorbentes. Sin embargo, fueron recibidos con un documento de propuestas de modificación de seis puntos del concierto vigente.
La sorpresa de los farmacéuticos andaluces fue aún mayor cuando se les dio un ultimátum: la aceptación de las modificaciones era condición sine qua non para la eliminación de los descuentos. Incluso se les dio un plazo límite para dar una respuesta: el 5 de noviembre. “En siete días no se puede tener respuesta para unos cambios de tal calibre”, resaltó Tudela, que consideró que la elección de la fecha para decidir no es casual. “Los días 5 de cada mes es cuando la consejería da la orden de pago de facturas. Querían saber nuestra decisión para actuar en consecuencia”, señaló.
Asimismo, el sector también se hizo eco de la amenaza del SAS, retrasar 120 días el pago de las facturas si no se aceptaba la propuesta, un aspecto que no fue confirmado por el Cacof. Eso sí, esta institución sí acudió el 5 de noviembre a la cita con el SAS, en la que pidió, en vez de rechazar de plano la propuesta, solicitó un plazo adicional para estudiar de la medida y la constitución de un grupo de trabajo “que analice una a una las propuestas y no el paquete en conjunto”, tal y como confirmó a EG Arenas. En este sentido, propusieron la realización de un estudio de impacto económico previo a cualquier decisión, especialmente en lo que se refiere a las subastas de medicamentos.
Moneda de cambio
Aunque el Cacof aceptase el ‘trueque’, la eliminación de los descuentos en absorbentes no sería realidad hasta que el SAS convocase un concurso público para estos productos sanitarios, al estilo de lo propuesto con los medicamentos. Mientras que eso ocurriese, “en las facturaciones de septiembre a diciembre de 2010 se aplicaría un descuento del 14 por ciento sobre el PVP, un descuento que sería del 12 por ciento en sucesivas facturaciones” adicional a la rebaja del 20 por ciento del precio del RDL 8/2010. En este sentido, el SAS aclara que las diferencias de porcentajes “se hace para liquidar la cantidad correspondiente al descuento del mes de agosto”, en el que los colegios pasaron la factura sin aplicar descuentos.
Sobre este aspecto, el Cacof hizo una “contraoferta”: fijar una escala de descuentos similar a la instaurada en Canarias, donde las boticas que facturan menos de mil euros mensuales en estos productos quedarían exentas de realizar rebajas regionales. El resto subiría el porcentaje según la facturación.