El Ministerio de Sanidad continúa su política de puertas abiertas para todo aquel que quiera sumarse al doble pacto, social y sanitario, que tiene entre sus objetivos principales alejar la Sanidad del debate partidista. Pero la convalidación del primer RDL firmado por la titular de Sanidad, Ana Mato, puede dejar el acuerdo multilateral al que aspira llegar el ministerio en un mero acuerdo mayoritario en el Interterritorial. Con la apuesta por el copago farmacéutico por renta, el PP se ha puesto a casi toda la oposición del Congreso en contra. Solo el Grupo Catalán (CiU) se declaró a la espera de leer la letra pequeña del texto para ver si hay invasión competencial.
Por el momento, los grupos parlamentarios de PSOE e IU ya han registrado en la Cámara Baja dos solicitudes de comparecencias para que la ministra de Sanidad explique a los diputados los anuncios del Interterritorial. Previamente, el Grupo Socialista intentó sin éxito solicitar la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya que fue durante su visita oficial a México cuando se filtró la inminente aprobación de copago farmacéutico por renta.
Poco después de que el Interterritorial confirmara el anuncio, la ofensiva socialista en las redes sociales se multiplicó: el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, hablaba de “recetazo”; el portavoz de Sanidad en el Congreso, José Martínez Olmos, advertía de que se incrementarán “la vulnerabilidad y la desigualdad”. Comentarios similares lanzaron la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, y la ex ministra de Defensa Carme Chacón.
La puntilla oficial la puso la ex ministra de Sanidad Trinidad Jiménez que rebajaba el objetivo de ahorro del Gobierno a 1.000 millones de euros, mientras que recordaba que las propuestas del PSOE podrían rebajar el gasto sanitario en más del doble.
Por su parte, el portavoz de Sanidad de IU, Gaspar Llamazares, que protestó frente a las puertas del ministerio mientras el Interterritorial aprobaba sus medidas, calificó esta medida de “injusta, contraproducente e ineficaz”, ya que rompe con el principio de universalidad del sistema, en el que quienes más aportan son quienes tienen más renta y están sanos “Con esta medida el PP le da la vuelta al argumento”, dijo Llamazares, que aseguró que con esta medida el Gobierno pone “un impuesto sobre la enfermedad”.
Tampoco UPyD se mostró a favor del copago farmacéutico por renta. Así lo señaló, por ejemplo, su portavoz nacional, Rosa Díez, que antes del Interterritorial ya defendió que había otras alternativas a las que recurrir, como evitar “gastos superfluos” eliminando duplicidades que las distintas administraciones públicas continúan manteniendo.
Entre los grupos nacionalistas, el más claro fue el PNV. Su portavoz de Sanidad en el Congreso, Emilio Olabarría, aseguró que su grupo no aceptará que, “bajo el pretexto de la crisis, el Gobierno intente implantar en el País Vasco este copago farmacéutico, que a su juicio “relativiza” el derecho a una sanidad pública, gratuita y universal. Coalición Canaria también necesita aclarar su postura. Su presidente, Paulino Rivero, defiende el copago, aunque su consejera de Sanidad lo rechazó.