La máxima institución farmacéutica española estima que la presencia de profesionales de la salud en la cadena del medicamento es una garantía

Según las cifras que maneja la OMS entre el 7 y el 10% de los medicamentos que se comercializan en el mundo son falsificaciones

| 2009-05-31T18:17:00+02:00 h |

REDACCIÓN

Madrid

La aparición de la gripe A ha provocado que la oferta de falsificaciones en Internet de los antivirales Tamiflu o Relenza haya crecido considerablemente. Éste es sólo un ejemplo de un negocio, el de los fármacos falsos, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría alcanzar en 2010 los 70.000 millones de dólares. Así lo refleja un informe del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), “Venta de medicamentos en Internet: riesgo de falsificaciones”, que incide que en España “el riesgo de los medicamentos falsificados es mínimo gracias a nuestro modelo de farmacia”.

En este sentido, el informe elaborado por el Consejo General insiste en que debido a la presencia de profesionales sanitarios en la cadena lineal del modelo de farmacia español se puede “garantizar la calidad e identidad de los medicamentos que se dispensan al público en las oficinas de farmacia”. Eso sí, desde el Consejo General también se apunta que la mayor preocupación es el riesgo que comporta “la compra en establecimientos no autorizados, incluida a través de Internet”.

A nivel mundial

Sobre este aspecto, el informe indica que, según la OMS, el 62 por ciento de los fármacos que se venden a través de páginas web son falsificados, y que, actualmente, entre el 7 y el 10 por ciento de los que se comercializan en el mundo son falsificaciones. El Consejo señala que este “lucrativo negocio” se caracteriza por los grandes beneficios económicos que se obtienen, por la ausencia casi total de castigo para los implicados y por la variedad de falsificaciones. “Se ha pasado de la fabricación artesanal a una de gran escala”, precisa.

Sobre este punto, el Consejo destaca que son los países de Suramérica, Centroamérica, los del África Subsahariana, así como la India, los que tienen mayor incidencia en falsificaciones de medicamentos, que pueden llegar hasta el 50 por ciento. A éstos les seguiría China, los países del Sudeste asiático y algunas repúblicas ex soviéticas (ver gráfico), cuyo nivel de incidencia estaría en torno al 20 por ciento. En este sentido, los países con menor porcentaje de falsificaciones, apenas un 1 por ciento, son aquellos más desarrollados: Norteamérica, Europa, Japón y Australia.

Asimismo, el informe precisa que existen diferencias en el tipo de medicamentos falsificados según las áreas geográficas. De este modo, en los países desarrollados se encuentra normalmente falsificaciones de medicamentos relacionados con el estilo de vida, especialmente fármacos contra la disfunción eréctil, antiobesidad, hormonas o esteroides anabolizantes. Por contra, en países en vías de desarrollo se suelen encontrar antirretrovirales, antituberculosis y antipalúdicos.

Pero más allá de la procedencia, el Consejo General ha querido insistir en este informe sobre los “gravísimos riesgos que supone para la salud pública, que puede ocasionar enormes problemas sanitarios e incluso un gran número de muertes”. Algo a lo que habría que añadir las pérdidas económicas para el propietario de la marca.