| domingo, 30 de noviembre de 2008 h |

L. Díaz

Madrid

Se cerró una semana en la que el sector farmacéutico evolucionó de forma diferente al resto del mercado, con predominio de las posiciones bajistas. Así, de los valores que integran el Índice Global, 15 cerraron a la baja frente a 9 que se anotaron avances. Además, los cierres bajistas fueron por lo general de mayor intensidad que las subidas. Los movimientos más significativos los experimentaron, por el lado positivo, las subidas que se anotan Watson Pharmaceuticals, Lilly y Wyeth. Mientras, por el lado negativo cabe destacar los retrocesos de Abbott, AstraZéneca, Elan Corporation y GSK, con bajadas en torno al 10 por ciento.

El Índice Global despidió la semana con una caída del 3,4 por ciento, movimiento que contrastó con las ganancias generalizadas de las bolsas, como quedó reflejado en las subidas de los dos indicadores, Ibex-35 y Bloomberg European 500, que se siguen a efectos de comparación. En el acumulado del año este índice presenta una pérdida del 17 por ciento, frente a una caída media de los mercados superiores en muchos casos al 45 por ciento.

En los retrocesos de la semana destaca Abbott, que retrocedió un 9,7 por ciento, su peor comportamiento de los últimos meses. No obstante, la evolución de este valor en las últimas semanas ha venido mostrando un perfil en forma de ‘dientes de sierra’, con oscilaciones muy pronunciadas al alza y a la baja de muy corta duración, pero con una tendencia básica que desde mediados del mes pasado viene mostrando una pendiente alcista que ha permitido alejarse de los 30 dólares, su posición más baja de los últimos cinco años, llegando a rozar los 35.

Los analistas entienden que Abbott debería recuperar posiciones, ya que su precio actual no se corresponde con su potencial y su capacidad de generar valor, fijando un precio objetivo para un horizonte de 12 meses por encima de los 40 dólares. La posibilidad de que alcance esta referencia va a venir determinada por el comportamiento de los mercados, ya que en una situación de inestabilidad como la actual difícilmente se van a producir subidas significativas.

Por su parte, Elan Corporation se situó una vez más entre los valores negativos, tras haber perdido en estos últimos días casi un 10 por ciento de su cotización. Se trata del valor de la muestra con peor comportamiento en la segunda mitad del año, acumulando desde julio una caída del 60 por ciento. A los problemas propios de la compañía, que fueron la causa del derrumbe que sufrió en verano y que le llevo a perder en pocas sesiones más de un 50 por ciento, ha seguido el impacto de la crisis general de los mercados, lo que ha ahondado aún más en su caída, llegando a cotizar actualmente en los niveles en los que se movía hace más de cinco años.

Es difícil predecir su evolución futura, ya que a la erraticidad de los mercados se une la volatilidad de este valor, una de sus notas características de los últimos años. Una posible recuperación dependerá no sólo de una mejoría en el panorama bursátil general, sino de que Elan sea capaz de añadir a su cartera de productos nuevos fármacos que puedan compensar los reveses sufridos en los últimos años. A su favor se puede decir que no es la primera vez en la que se encuentra en esta situación, de hecho, en los últimos años ya ha vivido dos episodios de derrumbe como el actual, y de ambos consiguió salir airosamente.

AstraZéneca, por su parte, lideró las bajadas de la semana, con un descenso del 15,5 por ciento que le ha llevado a marcar un nuevo mínimo anual. Como dato positivo se puede señalar que en las últimas sesiones rebotó al alza y conseguió frenar este descenso. Se trata de un valor que durante buena parte del año mostraba plusvalías, mientras que la media del sector farmacéutico se hallaba en pérdidas, pero a la vuelta de verano rompió esta línea y comenzó a ceder posiciones con gran rapidez hasta igualarse a sus competidores. El rasgo más distintivo de su comportamiento en las últimas semanas ha sido una creciente volatilidad, con oscilaciones de gran amplitud al alza y a la baja.

Por otro lado, cabe señalar que GSK cerró la semana con una pérdida del 9,9 por ciento, acentuando la línea bajista que muestra desde el pasado mes de agosto y que le ha llevado a acumular en el año una bajada del 25 por ciento, muy superior a la que experimenta el sector. Hubo un momento en que parecía que por fin se estabilizaba, y de hecho comenzó a evolucionar en horizontal aunque con marcadas oscilaciones, pero la semana pasada rompió esa línea de contención y volvió a caer con fuerza.

Actualmente, GSK cotiza en su nivel más bajo de los últimos años, un 30 por ciento por debajo de su cotización de hace año y medio, por lo que dispone de un margen de recuperación significativo.