jornada/ La nueva Ley de Ciencia refuerza los centros del SNS como entes generadores de conocimiento e investigación de Ciencia y Tecnología

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MÓNICA RASPAL Madrid | viernes, 06 de abril de 2012 h |

La Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación —en vigor desde el pasado diciembre derogando la de 1986— refuerza la relevancia de los centros del Sistema Nacional de Salud (SNS) no solo como entes que desempeñan una labor asistencial, sino como entes generadores de conocimiento e investigación pertenecientes al Sistema Español de Ciencia y Tecnología.

Sin embargo, aún queda mucho camino por hacer para promocionar la transferencia de la innovación entre los médicos de forma que esta genere un retorno de los resultados. Tal y como explicó María José Varela, de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario madrileño La Paz durante una jornada organizada por las Fundaciones de PONS Patentes y Marcas y del Grupo CTO, en los hospitales, los facultativos resuelven problemas concretos de forma inmediata, cediendo su conocimiento sin que el centro se beneficie por ello, por lo que las patentes surgen de la práctica y la necesidad diaria, por ejemplo, en los instrumentos quirúrgicos.

Por ello, el objetivo de esta Fundación es, según Varela, “controlar y rescatar” esa investigación que hasta ahora se ha estado cediendo y seleccionar la que es susceptible de ser patentada o no, siempre valorando que tenga un plan de negocio detrás.

En este sentido, cada vez existen más herramientas para identificar si un producto tendrá un nicho comercial antes de solicitar su patente por lo que la tendencia actual, según apuntó Nuria Marcos, directora general de PONS Patentes y Marcas, es presentar menos solicitudes pero que sean explotables aunque, en su opinión, la investigación básica es necesaria, independientemente de su rentabilidad.

La nueva ley también pretende ampliar la colaboración e implicación del investigador en las empresas de base tecnológica (spin off), eliminando determinadas limitaciones a su participación en el capital social y en los órganos de administración, pero muchas de estas apenas sobreviven a los tres o cinco primeros años por los grandes problemas de inversión a los que se enfrentan.

En concreto, en el sector de la salud, Gema García Zato, gerente de la spin off 2B BlackBio, señaló que existen ayudas en fases iniciales pero llega un punto en que se generan muchos retrasos porque las subvenciones no llegan a tiempo, por lo que el esfuerzo es demasiado grande y conseguir fondos de capital riesgo muy complicado. Aunque la idea de impulsar la creación de estas empresas es buena, a los problemas económicos se suman las complicaciones normativas pues las transmisiones a terceros de los resultados de la actividad investigadora y las cláusulas que deben incluirse en estos contratos están reguladas por la Ley de Economía Sostenible, que entró en vigor ocho meses antes que la de Ciencia, afectando a la misma materia pero dejando la puerta abierta a distintas interpretaciones en muchos aspectos. Además, algunas comunidades también han comenzado a desarrollar sus normativas sobre los resultados de las investigaciones como Andalucía, que ha aprobado un decreto sobre propiedad intelectual e industrial en el ámbito sanitario.

Pese a todo, Valera expuso que en los hospitales la creación de spin offs aún queda muy lejana ya que todavía se encuentran en la fase de educación y concienciación de los profesionales respecto a las peticiones de licencia. Eso sí, de cara al futuro, ya se han puesto en contacto con otros hospitales para desarrollar estos procesos en red y economizar así recursos.

“Las patentes surgen de la práctica y necesidad diaria, por ejemplo, con instrumentos quirúrgicos”