El hashtag: #Varicela

La vuelta de la vacuna de la varicela a las farmacias solo debe entenderse como el triunfo de la cordura y como un ejercicio de responsabilidad. Ni más ni menos. No hay que hablar de otros términos que no sean estos. Y mientras tanto, sí que conviene echar la vista atrás para aprender de lo sucedido y poner en práctica las medidas necesarias para que no vuelve a ocurrir. ¿Por qué? Básicamente porque después de este más de año y medio en el que la vacuna de la varicela se sacó del canal farmacia y se retrasó en el calendario vacunal hasta los 12 años, muchos niños se encuentran en situación de riesgo. Por ello, el cambio en el modo de dispensación de este medicamento va a permitir que, bajo prescripción médica, se pueda subsanar ese gap que las decisiones políticas, perdón, que las decisiones con base sanitaria crearon y por el que miles de niños quedaban expuestos al contagio. Lo que comenzó en febrero de 2013 con la no liberación de lotes de la vacuna y que continuó con el cambio de estatus hecho público en junio de 2014 vuelve a la normalidad de la que no debió salir.

Además, la modificación del calendario vacunal infantil, va a permitir seguir controlando esta enfermedad con la misma eficacia que se hacía antes de aquella famosa decisión, que muy pocos en el sector llegamos a entender, de la por entonces cúpula del ministerio de Sanidad formada por Ana Mato y Pilar Farjas. Lo importante por encima de nombres y motivos es que la vacuna de la varicela vuelve a la farmacia comunitaria. Gran noticia para todos.

Cordura y responsabilidad. Grandes palabras que podrían aplicarse a otro ámbito como son los medicamentos de dispensación hospitalaria y de los cuales podríamos hablar largo y tendido. Su vuelta a la oficina de farmacia también es una reivindicación lógica y basada en hechos. La disposición de la farmacia a buscar formas sostenibles para poder dispensarlos es pública y notaria. Esperemos acontecimientos.