carlos b. rodríguez
Madrid
En su última reunión, celebrada en diciembre, la Comisión Nacional de Sanidad del PP creó seis grupos de trabajo. El objetivo: presentar una alternativa al modelo sanitario socialista. Uno de esos grupos, el de Farmacia, se constituye este mes. Formado por las principales voces del partido en esta área, pero abierto a todo el que quiera aportar alternativas, sus conclusiones, dice su presidenta, Ana Pastor, se podrán poner en marcha en las regiones del PP, se presentarán al Pacto por la Sanidad, se trasladarán a las Cortes y conformará el programa electoral sanitario del PP para 2012.
Pregunta. ¿Cuál es la filosofía y perdurabilidad de los grupos en la Comisión de Sanidad del PP?
Respuesta. La duración es indefinida y la filosofía es la elaboración de un proyecto alternativo al modelo sanitario del Gobierno socialista, basado en tres características. La más preocupante es la sostenibilidad del sistema. Estoy asistiendo absolutamente sorprendida a que el Ministerio de Sanidad está mudo, cuando todo el mundo está hablando de financiación autonómica, y la sanitaria representa más del 35 por ciento. El proyecto alternativo también estará basado en la transparencia y la calidad del servicio y la cohesión. El principio de equidad debe cumplirse en todo el territorio.
P. ¿Qué asuntos prioritarios abordará el grupo de Farmacia?
R. Algunos serán el modelo de farmacia, que queremos consolidar y mejorar; la sostenibilidad y calidad de la prestación farmacéutica y la AF, incidiendo en pacientes crónicos polimedicados. En gasto farmacéutico estudiaremos especialmente el hospitalario con un análisis multicéntrico. Luego, el desarrollo de los proyectos estancados, como los de trazabilidad o productos sanitarios. También estudiaremos las garantías para que no haya desigualdades en la prestación farmacéutica, sobre todo en la accesibilidad a nuevos medicamentos.
P. ¿También hablarán de precios de referencia?
R. También. A mi juicio está claramente obsoleto y debería actualizarse, estudiando qué ha ganado el sistema y quiénes han aportado realmente ese ahorro al sistema porque no todos han aportado por igual. Paralelamente habría que reforzar la política de genéricos.
P. ¿Cómo elaborar alternativas, por ejemplo en trazabilidad, si aún no se conoce con exactitud el proyecto del ministerio?
R. Efectivamente, quien tiene la responsabilidad es el Gobierno, pero lo que haremos será presentar nuestra propuesta, porque no vemos que esto avance. Se habla de muchas cosas, de Datamatrix, radiofrecuencia…, pero nadie sabe qué es lo que se quiere.
P. ¿De dónde parte el PP?
R. Queremos una trazabilidad real, y no comercial, que se aplique a todos por igual, sobre todo a los fármacos de especial control. Gracias al modelo de farmacia nuestro sistema cuenta con una seguridad importante, pero la trazabilidad tiene un circuito más largo. Para temas de tratamientos hormonales, psicotropos, estupefacientes… el garante es el farmacéutico, pero la otra parte de la trazabilidad también hay que lograrla.
P. Antes hablaba de desigualdades en la prestación farmacéutica. ¿A qué se refiere?
R. No se pueden generar desigualdades. Es el principio rector que debe guiar la política farmacéutica. El catálogo de medicamentos no puede ser distinto en unas comunidades que en otras. Ésta es la mayor pérdida que ha tenido el sistema. Debe haber un catálogo nacional, no catálogos autonómicos. También hay que revisar el 5/2000, como decía nuestro programa electoral, porque se hizo en un momento determinado, con unas características.
P. Hablarán de financiación. ¿Servirá el nuevo modelo para solucionar el déficit del SNS?
R. Cualquier modelo debe pasar por el conocimiento del sistema. En este momento, la mayor tensión financiera de las comunidades es la sanidad. Pero el ministro no está participando en el modelo. El problema de la financiación sanitaria tiene tres causas: cinco millones más de personas, más demanda (también por el envejecimiento) y las nuevas tecnologías. Si existe déficit es porque el modelo no se ha revisado, aunque cuenta con instrumentos para mejorar la financiación. La reunión de presidentes fue un parche y no resolvió el problema. No obstante, el Fondo de Cohesión está congelado. La política del Gobierno es hablar por un lado del modelo de financiación y por otro no cumplir el que tienen. Es decir, hablar de nuevos fondos, pero no cumplir con los que ya se tienen. Lo que hay que ver es qué recursos se ponen, y cualquier instrumento tiene que ser como el Fondo de Cohesión: ágil y revisable permanentemente. La revisión del modelo de financiación sanitaria tendrá que ser anual y para eso me gustaría que siguiera vivo el Fondo de Cohesión.
P. ¿Ha llegado la hora de hablar de copago, aunque sea para alcanzar un consenso y evitar que salga a la palestra cada cierto tiempo?
R. No me parece razonable que algunos hablen exclusivamente de copago cuando de lo que tenemos que hablar en este momento es de la financiación base de la sanidad. A mí lo que me gustaría es que los ciudadanos sepan qué opina la máxima autoridad sanitaria sobre los criterios de financiación sanitaria, pues yo a estas alturas no lo sé.
P. ¿Qué piensa de los que dicen que el Estado debería recuperar competencias en el área sanitaria?
R. No lo comparto. Apoyo el reparto actual, pero también que el ministerio ejerza su liderazgo, no se deje llevar las competencias, como en I+D biomédica. Sanidad tiene competencias para legislar una cartera básica de servicios, tiene el Fondo de Cohesión para financiar nuevas prestaciones. Hay instrumentos sin necesidad de inventar ninguno nuevo. Lo que hay que hacer es financiarlos.