“Tenemos que avanzar hacia la prevención de enfermedades, los nutracéuticos y el cuidado personal”. Con estas palabras definía Nicholas Hall, presidente de Nicholas Hall & Company, el futuro del sector del autocuidado, durante una conferencia celebrada en Madrid y organizada por la Fundación Anefp y la firma de consultoría Luba Consult.
En palabras de Hall, lo importante es extender el mercado, entender que los productos del autocuidado no sirven solo para el tratamiento de enfermedades y ampliar las perspectivas. En los próximos años, factores como el envejecimiento poblacional, la obesidad y la diabetes, el consumo de tabaco y alcohol o la contaminación del aire provocarán que cada vez más personas vayan a la farmacia a adquirir productos para prevenir enfermedades, para reforzar el sistema inmunitario o para eliminar del cuerpo agentes potencialmente tóxicos.
Con respecto a la salida de algunos medicamentos de la financiación pública, Hall subrayó que podría tener “un efecto beneficioso para la salud pública”. Así, por ejemplo, tal y como explicó, hay enfermedades infradiagnosticadas y con poca adherencia terapéutica, como la hiperplasia benigna de próstata, en las que la aparición de medicamentos sin receta, acompañados de publicidad directa al público, podría ayudar a mejorar tanto las cifras de diagnóstico como de adherencia.
Además, también se dirigió directamente a las oficinas de farmacia, a las que aconsejó “una mayor vinculación con sus clientes, especialmente en la preservación de la salud y en los hábitos de vida” como clave del éxito en el futuro. Tampoco se olvidó Hall de las compañías farmacéuticas, a las que recomendó ser “socias” de las boticas en su transición de un modelo basado en la dispensación de productos reembolsados a otro basado en la farmacia como espacio integral de salud.
Por otro lado, y al hilo de esto, Hall advirtió a las compañías de la importancia de la publicidad para destacar las características únicas de unos productos que no tienen patente y que pueden ofrecer beneficios durante toda la vida. Eso sí, siempre con atención a las diferencias culturales y sociales de los mercados locales.