Alberto Cornejo, Madrid | viernes, 04 de marzo de 2016 h |

Pregunta. Como aficionado al buceo estás familiarizado con las inmersiones. Ahora bien, ¿cómo va tu inmersión en la presidencia de Sefap?

Respuesta. Está resultando ser una inmersión con unos paisajes de lo más interesantes. Ahora bien, no es fácil; tiene sus corrientes.

P. Al menos, tu anterior etapa como tesorero de la sociedad te serviría como cursillo preparatorio, ¿no?

R. Sí, pero fue un PADI básico. Ahora estoy en un nivel más avanzado.

P. Ahora me gustaría ser yo quien ‘bucease’ en el origen de tu afición.

R. Empecé a practicar el buceo ya “mayorcito”, en 2005. Siempre me había llamado la atención y coincidí con un grupo de amigos que también tenían interés en iniciarse. Además, este deporte tiene algo muy importante: es la excusa perfecta para viajar, que es otra de mis grandes aficiones.

P. Como buceador, ¿sabes decirme cuán de importantes son las formas para alcanzar el fondo?

R. Alcanzar el fondo es fundamental, pero al igual que se deben respetar las formas con las que llegar a él. Como ocurre en la vida y en lo profesional, el buceo también es un trabajo de equipo. Solo se puede bucear en pareja y hay que respetar y tener en cuenta esa otra parte.

P. Hay quien debe bajar a ella, pero en tu caso ¿cuándo y dónde subiste por última vez a la tierra?

R. Hace dos años, en Egipto. El Mar Rojo es maravilloso para el buceo. Allí está hundido el Thistlegorm, un carguero de guerra al cual se puede incluso acceder a sus bodegas y bucear entre motos, jeeps… ¡Espectacular! Desde entonces no he podido volver a practicarlo por un problema físico, pero estoy deseando volver a subir a la tierra.

P. Yo que nunca he estado ahí abajo, ¿me confirmas que no hay esponjas que viven en piñas ni nada de eso?

P. Te lo confirmo. Ahí abajo ‘solo’ hay auténticas maravillas de la naturaleza, mucha vida, paz y tranquilidad. Además, se siente una fantástica sensación de ingravidez que debe ser lo más parecido a estar en el espacio.

P. Si algún día quiero sentir esa sensación y no puedo salir de la Atmósfera, ¿dónde me recomiendas estrenarme como ingrávido?

R. En Cozumel, México. O bien en cualquier zona de Riviera Maya.

P. Antes me recordabas la obligación de bucear en pareja. En ese otro necesario dúo que conforman médico y farmacéutico de AP, ¿quién ejerce de divemaster (líder de la inmersión)?

R. Ni uno ni otro. Nuestro divemaster siempre tiene que ser el paciente. Eso sí, para hacer bien lo que quiera o necesite el divemaster, tienes que tener como compañero a alguien en quien apoyarte y confiar. En el caso del médico, ese apoyo sería el farmacéutico de atención primaria (AP), y viceversa.

P. Por cierto, ¿es la nueva especialidad la mejor botella de aire que ha podido recibir el farmacéutico de AP?

R. Totalmente. Ese reconocimiento es un elemento fundamental para nuestro ejercicio. Por fin se ha reconocido que el farmacéutico de AP requiere de ese ‘aire’ que será la nueva especialidad para una correcta inmersión en su labor.

P. En su puesta de largo, ¿queda mucho por tratar ‘en profundidad’?

R. Sí, solo se han hecho las primeras incursiones, como es la definición del marco de conocimiento. Queda por definir aspectos importantes como la acreditación de las unidades formativas, el acceso a la propia especialidad, etc.

P. Última inmersión en tu vida: ¿qué requiere para tí atención primaria?

R. Como presidente de Sefap, trabajar por una mayor coordinación con otros niveles. La Farmacia de Atención primaria no es nada sin la Farmacia Hospitalaria o la Farmacia Comunitaria. A nivel personal, poder ejercer con mayor gestión clínica; trabajar más directamente con los pacientes.

Ángel Mataix (Madrid, 1967) preside la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), que compagina con su trabajo en la Subdirección General de Farmacia de Madrid. En el ocio del día a día tiene prioridad el ciclo indoor, el cual le “engancha”. Si dispone de más tiempo, la bici queda aparcada por los viajes. Birmania, lo mejor visto (hasta ahora).