La presidenta de los farmacéuticos españoles afirma que su potencial de información y conocimiento para gestionar recursos es “brutal”

Entre las expectativas de Carmen Peña para el nuevo curso se encuentra la aprobación de una normativa para los productos sanitarios

| 2010-09-03T16:39:00+02:00 h |

Participación en la FIP

La presidenta del Consejo General, Carmen Peña, participó la pasada semana en el Congreso celebrado de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP), de la que ella es vicepresidenta, institución que se ha convertido en un escaparate que marca las tendencias farmacéuticas mundiales y que eligió al suizo Michel Buchmann como nuevo presidente, en sustitución de Kamal Midha. “La farmacia española no va desencaminada en cuanto a proyectos a realizar ni en cuanto a los problemas que existen”, precisó Peña tras participar en las reuniones del comité directivo de esta organización.

Unas reuniones que finalizaron con la aprobación de un documento de conclusiones, en el que destacó entre los temas tratados el de la práctica colaborativa. Un asunto que llevó Peña, al formar parte del Policy Committee de la FIP, y que quedó reflejado en un documento que destacó “la necesidad de trabajar en equipo por parte de los diferentes profesionales de la salud en beneficio del paciente”.

En este sentido, Peña precisó que se trataba de marcar las bases para “buscar fórmulas de encuentro para definir prácticas clínicas globales para el paciente”. Un documento “importantísimo” basado en otro de la OMS publicado en 2008. “Marca una nueva filosofía de trabajo”, indicó.

J. Nieto

Madrid

A mal tiempo, buena cara. Ése parece ser el lema con el que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha iniciado un curso marcado por el varapalo que en forma de reales decretos leyes recibieron las farmacias antes de verano. Así, la presidenta de la máxima institución farmacéutica española, Carmen Peña, mira al frente y da un paso para resaltar la necesidad de que las administraciones confíen en el papel gestor del farmacéutico para controlar el gasto y hacer realidad la sostenibilidad del sistema. “Es necesario e imprescindible que nuestros gestores empiecen a resaltar la figura de los farmacéuticos como pieza indispensable en el control del gasto y en la sostenibilidad del sistema”, sostiene.

A este respecto, precisa que la tendencia que se debe implantar es la de “introducir de una forma activa el papel del farmacéutico a efectos de gestión de sostenibilidad, control del gasto y farmacoeconomía”. Y es que, según Peña, los farmacéuticos no son únicamente expertos en el medicamento a efectos de dar una correcta dispensación, sino que, como consecuencia de los millones de actuaciones que se realizan en la farmacia comunitaria “hay un potencial de información y conocimientos brutal para gestionar más eficientemente los recursos”.

En este sentido, señala que “el farmacéutico es un punto neurálgico, y una de las grandes ineficiencias del sistema es no utilizar adecuadamente el papel activo de farmacéutico como un agente fundamental que puede otorgar eficiencia al sistema”.

Crisis y oportunidad

A este respecto, cree la crisis “es una importante oportunidad para afianzar la labor del farmacéutico comunitario y reforzar su labor de gestor para que se realice un consumo adecuado de medicamentos”. En este sentido, Peña reclama que esta circunstancia debería llevar aparejado el dotar a estos profesionales de una serie de capacidades para tomar decisiones. “No se puede pedir eficiencia y limitar capacidades en la gestión de sus establecimientos”, afirma.

Una capacitación que, según ella, se debería plasmar en documentos como el Plan Estratégico de Política Farmacéutica, el Pacto Sanidad, el Real Decreto de Receta Médica, o en el reconocimiento del papel proactivo del farmacéutico en el seguimiento farmacoterapéutico. “Son fórmulas de presente y futuro para corresponsabilizar e integrar de una forma más activa al farmacéutico”, indica.

Nuevas responsabilidades que deben ir acompañadas, tal y como argumenta Peña, de “nuevos reconocimientos económicos y profesionales”. ¿Establecer una cartera de servicios? “Claro, o la puesta en marcha del ConSigue para medir la remuneración adecuada y la demanda social de los servicios de valor añadido”, responde.

Toma de posiciones

Entre los aspectos que reclamarán la atención prioritaria del Consejo General durante este nuevo curso, Peña resalta la necesidad de que se apruebe una normativa expresa para los productos sanitarios. “Debería ponerles al mismo nivel de necesidad sanitaria que los medicamentos y que establezca, por ejemplo, los márgenes de cada agente”, afirma.

Asimismo, se centrará en analizar la situación de las farmacias que pueden ver amenazada su supervivencia tras los recortes aprobados por el Gobierno. “Estamos recopilando información para no ir con palabrería al ministerio y a las comunidades autónomas”. ¿Optimista? “Posibilista, tenemos que sobrevivir todos en este sistema porque somos muy necesarios”, indica. ¿Asume responsabilidades? “El Consejo se hace responsable de las decisiones que ha tomado, por ejemplo, el fondo de Farmaindustria”, afirma.