Ángela de Rueda Madrid | viernes, 22 de julio de 2016 h |

Este año, Raquel Martínez, presidenta del COF de Soria, —aunque ha ejercido la vicepresidencia del Consejo de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl)— afronta ahora un reto mayor, asumir la presidencia de la institución colegial. Ella no se cansa de poner sobre la mesa la situación de las farmacias de Castilla y León que, tiene varios ‘males’ que la acechan, y que configuran sus señas de identidad. Una de las patas es el envejecimiento de la población y la otra, la dispersión, de ahí que la sostenibilidad de las farmacias esté frágilmente asentada sobre estos dos ‘pilares de barro’.

Sobre las farmacias consideradas de viabilidad económica comprometida (VEC), Castilla y León es — precisamente por la característica de la ruralidad—, la comunidad con el porcentaje más elevado de sus boticas en esta situación. En total, un 15 por ciento de sus boticas (253 oficinas de farmacia) de encuentra en esta situación. Por ello, aunque ante las ayudas a estas boticas VEC, la presidenta del Concyl agradece que ”siempre han llegado en tiempo y forma, es una medida insuficiente”, manifiesta. Por ello, propone otro tipo de medidas como una “descarga fiscal, para ayudar a la sostenibilidad de estas oficinas de farmacia”, añade.

Este no es el primer movimiento que han llevado a cabo las organizaciones colegiales de Castilla y León para ayudar a las farmacias en situación VEC. Así, hay ‘otras ayudas’, que han servido para facilitar la inversión en los equipamientos necesarios para implementar la receta electrónica en todas las provincias. Unas ayudas establecidas gracias a la firma de acuerdos entre los COF y las Diputaciones Provinciales.

Así, entre los logros de los colegios farmacéuticos de Castilla y León, Raquel Martínez, remarca la rápida puesta en marcha de la receta electrónica en toda la comunidad, a un año exacto de que se realizaran las primeras pruebas en Valladolid. “Hemos conseguido implantar la receta electrónica en un tiempo récord y estamos muy contentos con ello”, manifiesta la presidenta del Concyl.

Los objetivos ‘más buscados’

La integración real de la farmacia en las estrategias sanitarias es otro de los retos del Concyl, así apuestan por “una gran alianza con la Administración”, como defiende su presidenta, a lo que añade que si “hablan de aprovechar todas los recursos, yo creo que la gran herramienta que es la farmacia está infrautilizada, y creo que deberían apostar mucho más por ella”, destaca.

Precisamente por esto, uno de los grandes objetivos que se plantea el Concyl pasa por firmar un convenio con la Administración. De este modo, Martínez vería con buenos ojos un acuerdo semejante al convenio murciano, “es el que realmente hemos estudiado y cuyas líneas nos gustaría abordar, ya que nos acercamos más a estos planteamientos que a otros que se han firmado”, apunta.

Hay que recordar que en el convenio que estableció Murcia con la Consejería de Sanidad, distingue dos tipos de prestación. Por un lado, una “prestación colaborativa —voluntaria— de las farmacias”, que se desarrollaría mediante la prestación de servicios como los sistemas personalizados de dosificación (SPD), soporte en el tratamiento de inicio, seguimiento farmacoterapéutico, y autocontrol y la verificación de parámetros biológicos. Por otro lado, el convenio murciano menciona una “prestación complementaria”, en la que se recoge la participación de las boticas en la identificación precoz de patologías (Programa de cribado de cáncer de colon y recto) y programas de dispensación de sustitutivos de opiáceos en boticas.

Es en estos puntos donde se encontrarían los objetivos que persigue el Concyl. En esta línea, Raquel Martínez confía en que, al menos, se permita a las farmacias de la comunidad realizar cribados en ciertos casos. “Intentaremos entrar en algún cribado de enfermedades de alta prevalencia. Si no en el de cáncer de colon, que lo vemos complicado por los costes, sí en diabetes o EPOC. La cuestión es poder abrir esta colaboración”, añade.

Presente y futuro

La presidenta colegial se ha propuesto ‘dar guerra’, en el buen sentido. “Queremos hablar con la Administración y ver en qué punto podemos ser más necesarios”, plantea. De este modo, si la farmacia es considerada una pieza clave en el sistema sanitario, como manifiestan los representantes públicos y privados en diversos foros, para Martínez es el momento de pasar de las declaraciones a los hechos. “Me gustaría que las declaraciones de intenciones se hagan realidad”, mantiene. Así, están a la espera de los datos del proyecto Dioscórides, que ratificarán, una vez más, el ahorro que supone la mayor participación de las boticas en salud, “porque las farmacia tiene mucho que decir en la salud”, recuerda la soriana.