| viernes, 02 de julio de 2010 h |

Pablo Martínez, periodista e historiador

El presidente de Cofares, Carlos González-Bosch, sin ostentar ninguna representación corporativa, se esta convirtiendo en un adalid de la reconstrucción de la farmacia española. Distintas veces le he escuchado proponer alternativas sensatas e integradoras sobre la difícil situación que atraviesa el sector. González-Bosch ha denunciado que las medidas tomadas por el Gobierno en el primer semestre de 2010, y las precedentes de la última década, no han tenido otro criterio que intentar financiar parte de grave déficit presupuestario de la sanidad pública a costa de los recursos del sector del medicamento, y que los respectivos gobiernos lo han hecho sin articular medidas estructurales que incidan en la oferta y demanda que tiene la prestación farmacéutica en nuestro país.

Ni listas selectivas de medicamentos, ni priorización de terapias ni, tan siquiera, el restablecimiento del porcentaje de la factura farmacéutica de la que se hacía cargo el paciente, que en los años ochenta era casi del 18 por ciento y, hoy, es escasamente el 5 por ciento. Desde su punto de vista, la constatación de esta realidad que está deprimiendo y ahogando a todos los agentes del sector hasta casi no dejarles sobrevivir, necesita una respuesta unitaria para que la prestación farmacéutica pueda mantener el nivel exigible de calidad en un marco que sea viable económicamente y sostenible para el conjunto de la sociedad. ¿Cómo hacerlo?

En ocasiones he visto como reconocía que desde su posición de presidente de una empresa de distribución farmacéutica, aunque sea la mayor de España, tenía las manos atadas para tomar iniciativas que, en definitiva, corresponden a otros. No obstante, desde su púlpito en la recientemente celebrada asamblea general de Cofares, lanzó una propuesta a Fedifar, Consejo General y FEFE, como instituciones representativas de la distribución y las oficinas de farmacia, y les pidió que pongan en marcha conjuntamente un “libro blanco para la farmacia” en el que se expliciten las alternativas que hay que introducir en el sistema. Vamos, que según mi interpretación, vino a reclamar menos lamentaciones y más arrimar el hombro mirando al futuro.