Marta Riesgo Boudry(Suiza) | viernes, 15 de abril de 2016 h |

Cuando se cumplen diez años de la presencia de Celgene en Europa, su presidente ejecutivo, Robert Hugin, se muestra convencido del potencial de su compañía y, por ello, se erige como un firme defensor de la competencia en el sector de los biológicos. La entrada de biosimilares, dice, ayuda a rebajar precios y, por tanto, a reducir los costes.

Pregunta. Celgene tiene una presencia importante en España, con un centro de investigación propio en Sevilla. ¿Qué planes tiene en nuestro país?

Repuesta. España dispone de un entorno legislativo en materia de investigación mucho menos restrictivo que el resto de Europa. Este contexto nos ofrece muy buenas oportunidades para poder investigar nuevos fármacos y fue una de las razones principales por las que decidimos instalarnos en España.

P. ¿Tienen en mente realizar nuevas inversiones o compras en el país?

R. Siempre estamos observando los avances y las posibles opciones que se pueden presentar pero, en general, estamos más abiertos a posibles acuerdos o colaboraciones con otros centros de investigación que puedan aportar valor a nuestras investigaciones. Estamos muy contentos y continuaremos manteniendo la inversión en el país.

P. Y, a nivel global, ¿están abiertos a posibles compras o adquisiciones?

R. Creemos que el mayor valor que tenemos es el de investigar nuevos fármacos en nuestros propios laboratorios. El siguiente paso que daríamos sería el de establecer acuerdos de colaboración con otras entidades en materia de investigación y, en última instancia, podríamos valorar la posibilidad de adquirir otras compañías, pero esta es una opción realmente costosa. En los últimos años hemos invertido miles de millones en el área de biología molecular pero, sobre todo, hemos centrado nuestras inversiones también en tecnología de la información, que es lo que está revolucionando la industria farmacéutica.

P. El Nasdaq posiciona a Celgene como la tercera compañía más atractiva para ser adquirida, ¿Están abiertos a esta posibilidad?

R. En los últimos años varias compañías han intentado comprarnos, pero creemos en nuestro proyecto y nuestra estrategia es ser independientes. Si alguien nos compra se rompería el modelo en el que estamos trabajando. No está en nuestros planes.

P. En los últimos meses el debate sobre el precio de los fármacos se ha hecho fuerte en EE UU, ¿Tiene miedo a mayores reducciones?

R. Es un tema muy complejo. La economía global está sufriendo grandes cambios en términos de impacto sanitario, pero considero que la industria es parte de la solución. Si no invertimos ahora en el desarrollo de nuevas terapias que afronten los retos sanitarios del futuro, puede que sea muy tarde. En Estados Unidos los medicamentos oncologicos sólo representan el 10 por ciento del gasto total por estas enfermedades, y en Europa supone un 15 por ciento. Si se toman medidas que únicamente afecten a los precios no se solucionará el problema porque, además, no se potenciará la inversión en innovación y desarrollo.

P. Son muchos los expertos que consideran que las nuevas terapias no serán asumibles sin más financiación, ¿Cree que es así?

R. No podemos gastarnos más de lo que tenemos, y por eso necesitamos definir las soluciones. Es un problema complejo que afecta a todos los estados y que necesita soluciones. Sólo en Europa tenemos más de 100 acuerdos de colaboración diferentes en términos de precio, lo que demuestra nuestra disposición a negociar. Pero hay que tener en cuenta que de aquí a los próximos diez años lo único en lo que se va a reducir costes es en los medicamentos, entre otras cosas, porque muchos perderán la patente y reducirán su precio. Sin embargo, el resto de costes van a incrementarse. Lo único que se consigue con políticas centradas en reducción de precio son ahorros a corto plazo, pero no se aborda el problema de raíz.

P. ¿Tiene miedo precisamente a que se utilice al biosmilar para presionar en la reducción de precios?

R. Nosotros apoyamos la entrada de biosimilares porque, siempre que se haga bajo los estándares establecidos por las autoridades reguladoras, creemos que aportan competencia al mercado y, por tanto, esta favorece la reducción de costes.

P. En 2019 caduca la patente de su blockbuster, Revlimid, ¿Cómo afectará esto a la compañía?

R. Tenemos un pipeline muy sólido y creemos que la pérdida de esta patente no supondrá un problema. Hemos invertido en crear un pipeline muy prometedor que asegure la estabilidad de la compañía.

P. ¿Qué medicamento será el que sustituya a Revlimid en la cuenta de resultados?

R. Actualmente tenemos 15 compuestos en fase de investigación y 18 en fase III. En el área de enfermedades inflamatorias disponemos de la molécula GED-0301, un oligonucleótido, que está siendo investigada para la enfermedad de Crohn con unos resultados muy prometedores. Además también buscamos centrarnos en el área de neurocienci, donde estamos invirtiendo y que presenta un gran interés.

P. Las consultoras aseguran que Celgene liderará el mercado de huérfanos en 2020, ¿Cómo valora estas previsiones?

R. Celgene siempre ha buscado aportar innovaciones al mercado, más allá de la cantidad de pacientes que pueda tener esa patología. Tenemos fármacos como Otezla (apremilast) que esta en fase de investigación para la enfermedad de Behçet o luspatercept que está siendo investigado para pacientes con beta-talasemia. Son enfermedades donde el mercado es casi inexistente.