n Castilla-La Mancha fomentará la prescripción del fármaco equivalente más barato

n Pocos partidos prometen recursos adicionales públicos para financiar la sanidad

| 2011-05-13T15:20:00+02:00 h |

Si por algo se recordarán las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo será por la polémica sobre la privatización y el copago, un asunto especialmente espinoso en Madrid, donde la Junta Electoral de Zona ha pedido al PSOE que retire de forma inmediata la propaganda sobre este asunto por considerar que incumple la legislación vigente.

El copago, sin embargo, no está del todo exento en los programas electorales. En Asturias, UPyD cree necesario “reflexionar sobre la equidad y la eficacia del actual sistema de copago farmacéutico (en función de la edad) y sobre la conveniencia de transformarlo (en función de la renta). Lo mismo señaló la semana pasada el consejero de Sanidad de Castilla y León, Francisco Javier Álvarez Guisasola.

Sobre el copago sanitario todavía existe una oposición unánime a nivel político. Fuera, la cosa cambia. En las últimas jornadas sobre Economía de la Salud celebradas en Palma de Mallorca, varios expertos en economía de la salud se posicionaron a favor de introducir las tasas sanitarias para conseguir una asistencia eficiente y evitar consumos innecesarios.

c. r. / m. d.

Madrid

Los próximos años dibujan un panorama marcado por el aumento de la población y un progresivo envejecimiento de la misma. El uso racional de los medicamentos es un objetivo central de las promesas de todos los partidos para los comicios del 22 de mayo, aunque las frases que incluyen algunos programas electorales indican que este fin es todavía entendido como una continuación, y en algunos casos una profundización, de las medidas de contención, tanto estatales como autonómicas.

Dentro del reto de la sostenibilidad de los sistemas sanitarios públicos, adelgazar la factura es un reclamo casi seguro para obtener votos. Pero para el sector farmacéutico apenas hay menciones en positivo. Solamente el PP asturiano y extremeño y el PSOE madrileño hacen mención al modelo de farmacia y a la defensa del papel del farmacéutico como agente de salud.

De igual modo, fuera del campo de la promoción de la I+D biomédica, un apartado en el que todos quieren hacer de sus comunidades pioneras en este ámbito, los partidos solamente se acuerdan para bien de los agentes de la industria y la farmacia en su categoría de proveedores, y hacen bandera del pronto pago y el fin de las deudas allí donde todavía no gobiernan: el PSOE en Murcia o el PP en Aragón y Castilla-La Mancha.

Un serio problema

“El gasto farmacéutico es un serio problema que es ineludible abordar”, dice el PSOE de Navarra. Y ello a pesar de haber quedado demostrado (ver EG núm. 518) que esta factura ya no puede ser considerada una fuente del incremento continuo del gasto sanitario.

Esta situación ha pasado desapercibida en casi todos los casos. De hecho, únicamente UPyD en La Rioja reconoce que el efecto de los ‘decretazos’ sobre el gasto es coyuntural. “Tienen un efecto rápido, pero pasajero”, dice. No obstante, y pese a señalar que “no será posible insistir en este tipo de medidas”, dado que en España el precio de los medicamentos ya era muy bajo, UPyD aboga por “valorar la introducción de un sistema de precios de referencia por equivalencia terapéutica en vez de equivalencia química para los grupos de fármacos más usados”.

No es la única promesa de profundización en algunas de las iniciativas de recorte del gasto farmacéutico que se llevan a cabo. En Castilla-La Mancha, si gana el PSOE, se fomentará la prescripción facultativa del fármaco menos caro a igual efecto terapéutico. “Esa política no frena o limita el esfuerzo que la industria farmacéutica destina a la innovación”, dice Fernando Mora, responsable del programa electoral.

A juicio de IU, el gasto farmacéutico “aumenta de forma no controlada”. Por ello, apela a una política que redefina la relación con la industria y apuesta por congelar el capítulo de Farmacia; “limitar el beneficio de las compañías farmacéuticas”; regularizar precios y especialidades a través de una comisión de expertos; generalizar los genéricos; suavizar la Ley de Patentes; y regular el margen farmacéutico.

Las menciones a la política farmacéutica reúne promesas comunes: introducción de tecnologías y medicamentos basados en el coste-beneficio, unidosis, e-receta, compras centralizadas y fomento de genéricos (con menciones a la PPA en algún caso por el PSOE y UPyD). Asimismo, gana terreno la apuesta por los genéricos “en todos los ámbitos”, incluidos los hospitales. En este sentido, en varias comunidades, PSOE e IU hacen referencia a ello.

Financiación y Pactos

Fuera del capítulo de Farmacia hay un consenso generalizado en eliminar las desigualdades del sistema y apostar, por ejemplo, por una única cartera de servicios o un calendario vacunal único. Por contra, son escasas las promesas de más dinero para sanidad. Al margen de IU, que pide en todas las autonomías aumentar el gasto sanitario español en relación al PIB hasta alcanzar la media de la OCDE, solamente el PP lo incluye en algún programa: ve prioritario resolver la deuda en la Comunidad Valenciana y promete recursos adicionales en Castilla y León y una financiación por encima del crecimiento del presupuesto en Navarra.

Al contrario que los anuncios de estrategias de salud, que se multiplican en los programas, se reducen al mínimo los llamamientos a un pacto por la sostenibilidad del sistema: los incluyen en sus programas el PSOE en Madrid, Navarra y Murcia; el PP en Asturias y Extremadura y Coalición Canaria. UPyD piensa que lo mejor sería devolver las competencias.