Saray Pardo Madrid Actualmente, el 20 por ciento de los pacientes que toman fármacos anticoagulantes están mal controlados, es decir, tienen un alto riesgo de padecer embolia o hemorragia, como se puso de manifiesto durante el congreso 2011 de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrado recientemente en Maspalomas (Gran Canaria). En España, entre el 1 y el 1.5 por ciento de la población está tratada con anticoagulantes, lo que representa cerca de 600.000 personas, de las que tres cuartas partes lo hacen para combatir la fibrilación auricular (FA), la arritmia más frecuente, y prevenir así la aparición del ictus. A pesar de la eficacia en el 80 por ciento de los casos de los fármacos anticoagulantes actuales, éstos presentan grandes problemas de variabilidad, ya que no existe una dosis fija del fármaco, sino que ésta debe ajustarse a cada persona en función de una analítica que se debe practicar regularmente (cada cuatro o cinco semanas) y que exige un gran control por parte del facultativo. Además, su efecto puede verse influido por cambios producidos en la dieta del paciente (determinados alimentos que contienen elevadas cantidades de vitamina K, como los vegetales de hoja verde oscura, algunas legumbres, como los garbanzos, o el chocolate pueden neutralizar o potenciar el efecto). También puede afectar la interacción con otros medicamentos o un desajuste en la dosis, pudiéndose producir una hemorragia en caso de una dosis mayor o una reducción significativa de los efectos del fármaco, o en caso de un menor consumo del necesitado, con el consecuente riesgo de formación de coágulo o embolia. “Es por esta razón por la que se están llevando a cabo diversos estudios que permitan encontrar un fármaco que venza los problemas conocidos del acenocumarol, tratamiento utilizado en España, y de la warfarina, utilizado en el resto del mundo”, destaca Julián Villacastín, secretario general de la SEC. El tratamiento que parece “más prometedor a corto plazo” es el dabigatrán (Pradaxa, de Boehringer Ingelheim), comercializado actualmente para la prevención de la formación de trombos tras la cirugía ortopédica de rodilla o cadera y que se espera que sea aprobado como tratamiento para la fibrilación auricular a finales de este año. Evidencia científica Uno de los estudios que confirman la efectividad de dabigatrán es el RE-LY, realizado a más de 18.000 pacientes y que, en comparación con la warfarina y con dosis de 150mg, disminuye el riesgo de ictus o de embolia sistémica (1.69 por ciento de prevalencia en los pacientes estudiados a los que se les administró warfarina frente al 1.11 por ciento de los pacientes que tomaron dabigatrán), el ictus hemorrágico (0.35 por ciento con warfarina vs. 0.10 por ciento), la mortalidad vascular y las hemorragias totales (3.36 con warfarina vs. 3.11 por ciento con dabigatrán). “En el estudio se comprobó la eficacia del dabigatrán en dosis de 150 mg y de 110 mg respecto a la warfarina. Los resultados demostraron que el dabigatrán es el primer anticoagulante oral que ha demostrado ser mejor que la warfarina, ya que a dosis más altas resulta ser más eficaz, con tasas de hemorragia similares, y a dosis más bajas, provoca menos hemorragias que la warfarina y es igual de eficaz a la hora de prevenir eventos tromboembólicos”, concluye Villacastín. Existen otros estudios que muestran la eficacia de otros tratamientos anticoagulantes, como el Aristotle, realizado a 18.200 pacientes y que demuestra que el apixabán en comparación con warfarina disminuye en un 21 por ciento el riesgo de embolia, en un 31 por ciento el riesgo de hemorragia y la muerte en un 11 por ciento. El estudio Rocket, por su parte, ha demostrado que puede competir con warfarina a la hora de prevenir ictus, sin incrementar significativamente el número de hemorragias graves. “Estudios de este tipo demuestran que los tratamientos anticoagulantes utilizados en la actualidad tienen los días contados, ya que están surgiendo nuevos tratamientos que supondrán menos control por parte del facultativo, y una mayor comodidad y calidad de vida para el paciente”, concluye el doctor. Durante el congreso, también se resaltaron los resultados del estudio Ofrece (Observación de la fibrilación y enfermedad coronaria en España), realizado por la Agencia de Investigación de la SEC, que muestran que afecta a más del 4 por ciento de los mayores de 40 años, si bien las cifras se duplican con la edad. Así, mientras en las personas de 40 a 49 años la prevalencia es del 0,2 por ciento, en el intervalo de 60 a 69 es de 3,8 por ciento; de 8,2 en los de 70 a 79, y de 15,7 por ciento a partir de los 80. | viernes, 28 de octubre de 2011 h |

La terapia de nueva generación más prometedora a corto plazo es dabigatrán, de Boehringer Ingelheim

Unas 600.000 personas en España reciben un tratamiento anticoagulante para la prevención de ictus

El Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (Geecv) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) participó en las acciones de concienciación del Día Mundial del Ictus, celebrado el 29 de octubre, con una jornada de sensibilización, reivindicación y sentimiento de lucha por vivir tras sufrir un ictus. Desde hace una década, durante la jornada se entregan los Premios Ictus anuales. Este año han recaído en el actor Juan Luis Galiardo, en la categoría social, y en Boehringer Ingelheim, en la categoría institucional, por impulsar la campaña de sensibilización 1de6 (www.1de6.es) y por la creación de la plataforma multidisciplinar “Observatorio del Ictus” (www.observatoriodelictus.com).

Durante el acto se emitió el tráiler de un documental testimonial sobre la historia de superación de Isabel Palomeque, enfermera de profesión obligada a dejar su trabajo cuando sufrió un ictus. Jaime Masjuán, coordinador del Geecv de la SEN, recordó que el ictus es una enfermedad que afecta ya a una de cada seis personas y que es la primera causa de muerte en la mujer. Masjuán también destacó el papel crucial que juegan las Unidades de Ictus (UI), ya que mejoran drásticamente la asistencia sanitaria, lo que permite reducir la mortalidad y las secuelas de la enfermedad. No obstante, solo un 48 por ciento de las provincias españolas disponen de ellas, según un informe de la SEN. Cantabria, Asturias y Navarra son las únicas comunidades que cumplen con el objetivo de tener una cama de Unidad de Ictus por cada 100.000 habitantes.

Los neurólogos insisten en la importancia de que las comunidades se impliquen en la mejora de la asistencia sanitaria urgente. Los datos confirman que si un paciente que ha sufrido un ictus es atendido por un neurólogo en las primeras horas, la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad se reduce a la mitad. Cada hora que pasa desde que la persona sufre un ictus, sería equivalente a un envejecimiento cerebral de cuatro años.