Las compañías norteamericanas invirtieron durante el año 2008 más de 65.000 millones de dólares en I+D
La industria farmacéutica reitera su compromiso con la sociedad y la innovación, incluso en esta época de crisis
David Martín
Washington
Al igual que hiciera hace unos meses Farmaindustria, al ofrecer al Gobierno de España el valor de la industria farmacéutica para sortear la crisis, la asociación de la industria farmacéutica innovadora americana (PhRMA) ha utilizado su memoria anual de actividades para resaltar el valor que este sector ofrece a los pacientes individuales, a la economía y al sistema sanitario en general. Un valor que la industria mantiene incluso en la actual época de crisis ya que, como apunta Billy Tauzin, presidente y director general de la patronal norteamericana, “a pesar del ciclo económico bajista, la industria americana biofarmacéutica mantiene sus compromisos con el descubrimiento de nuevos medicamentos”.
A este respecto, Tauzin destaca que en el último año las farmacéuticas americanas han invertido en I+D más de 65.200 millones de dólares y tienen en desarrollo aproximadamente 2.900 nuevos medicamentos. Esta actividad, según informaron desde la patrona, da trabajo directamente sólo en Estados Unidos a 686.000 personas, de las que casi 100.000 se dedican activamente a la I+D. Unas cifras que avalarían el poder económico e innovador de la industria farmacéutica en Estados Unidos y el compromiso que la industria está dispuesta a mantener.
Por otra parte, la PhRMA recuerda que fruto del trabajo de las compañías farmacéuticas, que en los últimos diez años han puesto a disposición de los pacientes más de 300 nuevos fármacos, permite incrementar la esperanza de vida de los pacientes. En este sentido, recuerda que en los últimos 55 años se ha incrementado en diez años la esperanza de vida, un incremento al que los medicamentos han “ayudado a que sea posible”, explican.
Pero la aportación de la industria, además de favorecer la mejoría de los pacientes, ha permitido incrementar el acceso a los tratamientos, especialmente de los pacientes sin seguro médico. Así, en los últimos años, la industria farmacéutica se ha sensibilizado con los más necesitados y ha desarrollado programas de cobertura de medicamentos de niños sin seguros y, a través del Medicare, ha ofrecido tratamiento a más de 14 millones de ancianos sin recursos.
Fuerte en economía
Pero la aportación de esta industria no es cuantificable únicamente en términos de salud, ya que también es fuerte en su aportación a la economía de los países en los que está implantada. En relación a este aspecto, la PhRMA destaca su aportación al empleo. Así, explica que por cada uno de los 686.000 trabajadores directos del sector, se crean 3,7 puestos de trabajo adicionales, hasta alcanzar un 3,2 millones de personas ocupadas directa o indirectamente en el sector. Además, durante 2006 contribuyó al producto interior bruto (PIB) americano con más de 294.600 millones de dólares, un 2,2 por ciento del total del PIB.
Pero el aspecto esencial que no se puede olvidar cuando se habla de la industria farmacéutica es el de la innovación, la búsqueda de nuevos productos y las inversiones en I+D que realiza. En este sentido, cabe destacar la importante inversión que la industria americana realiza en investigación básica y preclínica (aproximadamente el 27,3 por ciento del total), algo que les ha servido para que en los últimos 12 años se haya producido una enorme brecha en el equilibrio que existía con Europa respecto del origen de las compañías a la hora de desarrollar nuevos fármacos.
Así, en 1997 en ambos territorios se desarrollaban un número muy similar de productos, mientras que, diez años después, las compañías estadounidenses casi duplicaban en proyectos en desarrollo a los que se estaban ejecutando en Europa. Y aún más, las compañías originarias de los países emergentes ya en 2006 desarrollaban más medicamentos nuevos que aquellas de Europa.
Unas diferencias que podrían ser provocadas por el incremento, casi logarítmico, del coste de desarrollo de un nuevo fármaco, que ha pasado de 300 millones de dólares en 1991 a más de 1.300 millones en 2005. Con estos incrementos tan importantes no extraña que, a pesar de que las compañías han mantenido una inversión de entre el 18 y el 20 por ciento de sus ventas en I+D, la cantidad de nuevos medicamentos en el mercado haya bajado.
Mayor coste de desarrollo
El incremento de costes de desarrollo de fármacos se ha incrementado, entre otras razones, por las mayores exigencias en materia de seguridad que se pide a los nuevos medicamentos y la mayor complejidad de los ensayos clínicos a realizar, pero también por el mayor peso que han tomado los medicamentos biotecnológicos respecto al total de fármacos en desarrollo.
Así, el 25 por ciento de los recursos invertidos en I+D se dirige en la actualidad al desarrollo de fármacos biotecnológicos, lo que incluye a las vacunas y productos de terapia génica.