El miedo es una característica inherente a la sociedad humana. Como sentimiento colectivo e individual, varía con las épocas y los contextos históricos. Catherine Lutz, que ha investigado la variabilidad cultural del miedo, asegura que hoy su principal transmisor son los medios de comunicación. Hoy, el miedo es un arma de dominación política y control social.
Son diversos los autores que denuncian el uso político del miedo como forma de control de la población, haciendo hincapié en la creación de falsos escenarios de inseguridad ciudadana… Cada cierto tiempo es posible leer en la prensa este titular: “Vuelve el fantasma del copago”. Y es verdad. Realmente es un asunto que, tal y como está planteado, nos mete miedo. Porque quien se atreva a hacerlo trastocará la sanidad pública y gratuita y perjudicará a los colectivos más desfavorecidos. Afortunadamente, el miedo desaparece poco después, porque es una medida realmente impopular con la que nadie se quiere arriesgar a perder votos.
El problema es que cuando se habla de copago hay desinformación premeditada. Hay desinformación cuando se dice que trastocará la sanidad pública y gratuita, porque hoy ya existe copago farmacéutico. Y también hay desinformación cuando, sobre una posible reforma del modelo, se responde que ya tenemos un copago, como si lo que se propone fuera una suma de copagos. Que nadie se llame a engaños. Porque el copago farmacéutico que hoy tenemos es injusto, y perjudica a un colectivo desfavorecido, aquel que no es pensionista pero tampoco tiene ingresos.
Escribió Guy de Maupassant en un estupendo relato de terror que “sólo se tiene realmente miedo de lo que no se comprende”. Lo compartimos. Y creemos que casi nadie se ha tomado la más mínima molestia en explicar cuál es la realidad del copago en España, ni tampoco que los problemas de sostenibilidad que persiguen al SNS pasan, inevitablemente, por reformularlo.
Así que, la próxima vez que lean un titular como el que hay líneas atrás, no se asusten. Por lo general, los fantasmas sólo son gente con una sábana blanca encima.