A Leire Pajín se le acaba el tiempo para demostrar que es algo más que la ministra de Política Social
e Igualdad. Y ese tiempo no va a ser fácil, con un plantel de consejeros teñido de azul
| 2011-05-27T15:20:00+02:00 h |

No es de buen gusto hacer leña del árbol caído, pero el 22-M no dejan entrever otra cosa. El PP no ganó las elecciones. Las perdió el PSOE. Y a medida que crezca la presión sobre Rodríguez Zapatero para que convoque elecciones anticipadas, no es descabellado pensar que la misma presión recibirán los miembros de su gabinete. Leire Pajín ya lo experimentó la semana pasada. No le sentó bien que Dolores Pan le echara en cara que en el SNS crecen las desigualdades mientras el Ministerio de Sanidad se dedica a repartir sellos de igualdad a empresas privadas.

Y sí. No se trata de restar importancia a ningún tema, pero a la web del ministerio hay que remitirse. En lo que va de mes, solo tres notas pueden calificarse de ‘sanitarias’: una sobre el gasto farmacéutico, otra sobre el anteproyecto de la Ley de Muerte Digna y una tercera sobre trasplantes de progenitores hematopoyéticos

Mientras, a Pajín se le acumulan las comparecencias y las preguntas sin responder. ¿Dónde está los decretos de Distribución y Trazabilidad? ¿Qué fue del II Plan de Política Farmacéutica? ¿Por qué convoca un Interterritorial con gobiernos en funciones, después de darle largas a Boi Ruiz o Lasquetty, que se lo pedían constantemente? A Pajín se le acaba el tiempo para demostrar que es algo más que la ministra de Política Social e Igualdad. Y ese tiempo no va a ser fácil, con un plantel de consejeros teñido de azul.

No es la única cuestión tras el 22-M. Después de acusar a Sanidad de “abocar” a las comunidades a adoptar medidas de ahorro en Farmacia, el PP pidió a Pajín “apoyar” esas iniciativas y evaluar el ahorro que puedan suponer”. Toda una referencia al empeño de Pilar Farjas en lamentar los ahorros perdidos con la suspensión del cataloguiño. Hace tiempo que Mariano Rajoy hizo bandera de él. Pero el programa del PP para el 22-M ventilaba el capítulo de Farmacia con la promesa de “una nueva política farmacéutica”. Sin más.

En un momento en el que el sector necesita estabilidad, la política farmacéutica descontrolada del PSOE y las promesas inconcretas del PP no sirven de nada. Únicamente para generar más desconfianza.