Han pasado más de 12 años desde que el primer genérico llegara a nuestro país y las dudas sobre su utilización por parte de médicos y pacientes continúan, a pesar de la experiencia acumulada tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Esta realidad ha sido puesta de manifiesto durante la celebración de la primera reunión del Foro de Genéricos (FG) coordinado por Fundamed. No en vano esta falta de confianza y de información alrededor del genérico fue uno de los puntos más críticos que se debatió.
Algunos médicos dudan de la calidad de algunos de los productos ya que es imposible para ellos conocer a los cientos de fabricantes que están en este mercado, dudan del uso que los pacientes hacen de los medicamentos si se les somete a cambios continuos de la marca de un mismo principio activo y dudan, incluso, de la bioequivalencia entre los diferentes genéricos existentes.
Los pacientes, por su parte, heredan ese escepticismo de los profesionales médicos y añaden a sus dificultades sentirse seguros ante el diferente aspecto que, en cada ocasión, tiene el medicamento prescrito. Un problema para personas mayores polimedicadas, así como para aquéllos con problemas cognitivos, aseguran desde la AGP.
A todo ello se une un problema de imagen. No creemos que ayude a trasladar un mensaje de confianza en la calidad en estos productos los bajos precios de comercialización a los que se obliga a venderlos. Que en 50 céntimos esté incluido todo el coste de producción, además de los controles de calidad, un margen industrial, un margen de distribución, un margen farmacéutico y hasta el IVA, es un mensaje poco tranquilizador que, incluso, perjudica al ahorro buscado con las reducciones de precio.
Por todo ello, consideramos que es necesario profundizar en las campañas de formación e información para médicos y pacientes, además de reconsiderar las políticas de precios en el SPR. Es importante que los usuarios conozcan y confíen en los genéricos tanto por motivos económicos como de seguridad ya que deben saber que se trata del mismo fármaco y no de uno nuevo. La sostenibilidad y la eficiencia del sistema dependen, en parte, de ello.