Después de arduos meses de negociación, la recta final del debate sobre la reforma del sistema de financiación autonómica no puede perderse en críticas carentes de responsabilidad
| 2009-07-19T17:00:00+02:00 h |

El español posee dos verbos (procedentes de los latinos audire y auscultare) con significados diferentes: oír y escuchar. Según indica el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia oír significa “percibir con el oído los sonidos” y escuchar “aplicar el oído para oír, prestar atención a lo que se oye”. La diferencia no es baladí. Se puede oír, pero no escuchar. Es un matiz a tomar en cuenta cuando la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, se congratula de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera haya “escuchado” las reclamaciones del Consejo Interterritorial en lo referente a las reclamaciones ‘sanitarias’ dentro del nuevo modelo de financiación autonómica.

La duda la han puesto, como no podía ser de otra manera, las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Algunas, como Madrid (la única que no ha dado datos) o la Comunidad Valenciana, salen beneficiadas, pero aseguran que con menos dinero del que merecen. Aseguran que el resultado de la propuesta ha sido un gol de Cataluña y Andalucía, básicamente, que se llevan la mitad de los 11.000 millones adicionales que el Estado aportará a las comunidades hasta 2012.

Otras, en cambio, se quejan por el escaso peso que finalmente ha tenido la dispersión y el envejecimiento poblacional en el reparto. A Canarias no le convence, tampoco, la importancia que para el Estado tiene la insularidad.

Todo esto no significa que la propuesta sea un rotundo fracaso, como tampoco sería exacto decir que ha sido un rotundo éxito. Pero sí ha sido un ejercicio de responsabilidad compartida, teniendo en cuenta lo complicado de la negociación.

Nadie debe olvidar esto, ni que toda propuesta es mejorable. Y no sería de extrañar que ésta sufriera cambios. Es significativo que Economía haya decidido retrasar hasta finales de mes la publicación de las cifras del reparto del dinero adicional. Además, las regiones pueden aprovechar el trámite parlamentario para reclamar lo que creen justo. Pero con la misma sensatez que han demostrado hasta ahora. Escuchando y dejándose escuchar. Lo contrario carecería de sentido.