La OMC presenta su proyecto piloto de prescripción personalizada, que contempla la dispensación de unidosis desde los servicios de farmacia de los centros de salud justificándolo en el uso racional
| 2009-03-08T18:05:00+01:00 h |

Hace dos semanas la Organización Médica Colegial (OMC) denunciaba la actitud de un farmacéutico que, en su afán de prestar el mejor servicio sanitario a un paciente, había realizado una serie de recomendaciones farmacoterapéuticas al médico prescriptor a fin de que el paciente no sufriera determinados acontecimientos adversos relacionados con su medicación. Le llamaron el “farmacéutico que quería ser médico”.

La semana pasada, la OMC, de nuevo, presentó un proyecto que van a intentar poner en marcha sobre prescripción personalizada, dispensación y seguimiento farmacoterapéutico que, para sorpresa de todos, contempla la dispensación de los medicamentos recetados por los médicos de atención primaria fuera de las oficinas de farmacia. Es decir, dentro de los centros de salud y a través de los farmacéuticos de atención primaria. Un piloto para controlar la dispensación de medicamentos.

Se trata, por tanto, de la puesta en marcha de un estudio que afecta directamente a la labor de las 22.500 farmacias y que intenta que se queden en meros “vendedores de cremas y gafas de sol”, como ha llegado a afirmar Francisco Toquero, vicesecretario de la OMC. Seguro que no lo quería decir. Al igual que la afirmación de que a partir de este estudio lo que pretenden es “prescribir la medicación que le hace falta [a un paciente] en función de su peso, de la dosis que deba tomar y los días que es necesario según sus características”. No cabe en la cabeza que esto no haya sido así hasta el momento.

En cualquier caso, existen numerosas dudas sobre la viabilidad legal, económica y funcional del estudio que quiere promover la OMC. Más bien parece que, en la antesala de sus elecciones internas, quieren calentar el ambiente buscando enemigos externos para evitar los problemas internos. En la argumentación que ofrece ante el inicio del diseño de este estudio se erigen en poseedores de la verdad y se atreven a “dar un toque” a la Administración, a sus propios compañeros y, por supuesto, a los farmacéuticos, negando la utilidad y existencia en otros países de la Atención Farmacéutica.